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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El lado romántico de la nueva psicodelia

El Revólver Club abrió sus puertas con el olor a pintura aún fresca. Ha lavado su cara, arriesgando en un momento complicado y erigiéndose por méritos propios en el templo madrileño de la música moderna. Su cartel no descansa ningún día y la variedad es su mejor apuesta.House of Love estuvo el pasado jueves sobre su escenario con un numeroso público llenando la sala. Como telonero actuó el grupo Catherine Wheel, que jugó a la perfección con su papel de caldear la noche. La protagonista de las dos actuaciones fue, sin duda, la guitarra. En ella se reflejaba un papel más estético de la música que el de una postura vital. House of Love lleva desde 1986 en el circuito de músicos de "segunda línea" o mejor dicho, independientes, pero que tiene adeptos acérrimos que sustentan su carrera.

House of love

Guy Chadwick (voz y guitarra), Chris Groothuizen (bajo y coros), Simon Walker (guitarra y coros), Pete Evans (batería). Revólver Club. Madrid, 15 de octubre.

El cuarteto británico salió al escenarío con un nuevo disco bajo el brazo y muchos años de experiencia en directo. House of Love se sustenta sobre sus cuatro músicos como cuatro pilares sólidos. Cada uno de ellos conoce y juega con su instrumento con la facilidad del que mueve los dedos de una mano. El cambio de ritmo continuo que plantearon en cada uno de los temas, dejó vislumbrar una capacidad poética que se materializaba en la voz de su solista. Plantearon un fundido perfecto de diferentes intensidades creando espectación e interés. La delicadeza con que trataron la agresividad- de algunos momentos del concierto, estuvo cargada de aciertos.

Concesión

Aunque hicieron alguna concesión con temas antiguos, basaron su concierto en los trabajos más frescos: Fontana y el recientemente editado Babe rainbow. El tono predominante del concierto lo marcaron el ritmo y la melodía reencarnadas en la batería de Pete Evans y en la guitarra de Simon Walker; pero la concentración absoluta de la banda logró impulsar la música hacia momentos espléndidos. House of Love, con Guy Chadwick como artífice de la identidad de la banda recurrió, en muchas ocasiones, a los efectos para terminar de demarcar su directo, anteponiendo las emociones musicales frente a cualquier otra intención. El oscuro y melódico mundo, a veces opresivo, de la música de House of Love encontró su momento perfecto.Mientras el grupo londinense llegaba respaldado por un sonido espeso, el también, británico Peter Hammill se presentaba en solitario, a piano y guitarra, en la sala Canciller. A sus 44 años, el antiguo líder de Van der Graaf Generator reafirmó su carácter de artista en libertad, ofreció un recital con el interés de lo único y mostró que la intensidad musical no es patrimonio de una generación.

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