El dilema ineludible de China

Mientras celebrábamos el colapso del comunismo en Europa como si se tratara de un fenómeno global, China ha ascendido de forma casi inapreciable. Con un índice de crecimiento medio anual del 9% desde 1978, fuertes inversiones extranjeras y salarios crecientes, (...) el éxito económico parece cuestionar la idea de que el comunismo está lastrado por contradicciones internas fundamentales.Dejando la ideología a un lado, China podría ser considerada como una impresionante demostración de que la democracia no es necesaria para el desarrollo económico. La represión política sigue más firme que nunca mientras crece la economía. Si China demuestra algún principio general a este respecto es que la cultura resulta más importante que la ideología a la hora de determinar el desarrollo. Las tradiciones rusas son anárquicas, pesimistas, imperiales y vulnerables al atractivo subversivo de los valores occidentales. Los chinos reverencian el trabajo duro y el respeto a la autoridad, lo cual ayuda a sus dirigentes a mantener el control político mientras liberalizan la economía. ( ... ) Sin embargo, normalmente se entiende que la democracia resulta imprescindible, llegado un momento, para acomodar los intereses de los grupos sociales, incluida la clase media, y devolver el poder de decisión y asegurar la responsabilidad de los dirigentes políticos ante las nuevas necesidades.

14 de octubre