Jack Lang defiende una "confederación europea del espíritu"
Los efectos del "no" danés al tratado de Maastricht, el 49% de votos que esa opción cosechó en Francia y el "europesimismo" que invade el Viejo Continente, pesaron ayer sobre el coloquio La Gran Europa en París, organizado por el ministro de Cultura y Educación, Jack Lang, quien ayer defendió la idea de "una confederación europea del espíritu".Pese a que todos los participantes se declararon partidarios de la creación de una comunidad intelectual europea basada en los ideales democráticos, numerosos fueron los que prefirieron poner el acento en la necesidad de respetar y proteger las identidades culturales de los pueblos del Viejo Continente.
"Creo que los aquí reunidos tenemos claro que la aparición de una identidad cultural europea sólo puede hacerse en el respeto de la diversidad lingüística y cultural de nuestro continente", dijo Elisabeth Guigou en la primera intervención del coloquio. La ministra francesa de Asuntos Europeos, que empleó el término "subsidiariedad" en relación al mundo del arte y el pensamiento, dio así el tono a unos debates en los que participaron varias decenas de artistas e intelectuales venidos de numerosos países de ambos lados del desaparecido telón de acero.
"Europa no se construirá sobre una uniformización artificial", proclamó Jacques Julliard, director adjunto de Le Nouvel Observateur. "No creo que sea sano oponer un internacionalismo abstracto a unos nacionalismos que, con frecuencia, son legítimos", apostilló el diputado europeo Gilles Martinet. "La misión de los intelectuales", añadió, "es presentar, analizar y discutir las diferencias, no para borrarlas, sino para trascenderlas".
Nomadismo intelectual
Jack Lang opuso su idea de una "confederación europea del espíritu" a lo que, en alusión a la cultura de masas procedente de Estados Unidos, llamó "esa visión rentabilista que atraviesa las fronteras y aplasta las culturas autóctona?. "En Varsovia", añadió, "es mucho más fácil ver una superproducción venida de otro continente que una película polaca o europea".El ministro francés soñó en voz alta con la reaparición del espíritu de "nomadismo intelectual" de la Baja Edad Media, el Renacimiento y el Siglo de las Luces, "cuando los pensadores y los artistas iban de universidad en universidad, de corte en corte".
El escritor y ex ministro español de Cultura Jorge Semprún recordó que la existencia de una comunidad intelectual europea fue posible merced a una idea supranacional. "En la Edad Media, recordó, "se trataba de construir la Ciudad de Dios".
Semprún se preguntó qué idea puede asumir hoy esa misión, y él mismo se respondió: "Esa idea sólo puede ser la razón democrática".
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