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Un motor del avión israelí que se estrelló en Holanda sufrió un incendio hace tres meses

Isabel Ferrer

Uno de los motores del Boeing 747 israelí que se estrelló el domingo contra un edificio de apartamentos en Amsterdam y mató a unas 250 personas se incendió en el aire el pasado mes de julio, cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Schiphol, según informó ayer la portavoz del aeropuerto, Mariona van der Goot. En esa ocasión, el fuego fue apagado por el sistema de extinción del aparato antes de tomar tierra.

Parte de la caja negra del avión fue hallada ayer entre los escombros de los dos edificios contra los que se estrelló, en el barrio de Bijlmermeer. La caja contiene los detalles del vuelo, pero no las conversaciones. Los expertos albergan pocas esperanzas de obtener información alguna dado su lamentable estado. En un lago situado no lejos del accidente apareció también uno de los motores del avión, destrozado, pero sin rostro de haber sufrido ningún incendio. Aunque continúa la búsqueda del segundo motor, los expertos no descartan ahora que el aparato sólo perdiera uno durante el vuelo. No obstante, una foto del avión siniestrado tomada por un aficionado, dada a conocer ayer, muestra que el aparato pudo perder los dos motores del ala derecha.Según los expertos en catástrofes aéreas, las conversaciones entre el piloto y la torre de control, la otra parte de la caja negra, sí podrían ayudar a comprender mejor las causas del siniestro. El número de cadáveres recuperados asciende ya a 40, y el Ayuntamiento mantiene la cifra de 250 posibles víctimas y desaparecidos. Los equipos de rescate esperan encontrar a giran número de cadáveres en los sótanos, ya que en un club juvenil allí enclavado se celebraba una reunión en el momento del accidente.

Muchos residentes ilegales del barrio afectado siguen sin comparecer ante la policía por miedo a las consecuencias. Algunas comunidades afectadas han mostrado además su malestar sin reparos. Muchos inquilinos de origen ganés no quieren oír hablar de las instituciones públicas holandesas. Este mismo año, la policía sugirió que la mayoría de sus compatriotas se dedicaba en Amsterdam al tráfico de drogas.

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