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El ligero repunte que tuvo ayer el índice de la Bolsa de Barcelona ha permitido recuperar sólo una pequefia parte de lo perdido en las últimas caídas. La apatía inversora continúa porque sigue sin clarificarse el panorama macroeconómico. Los apuros de la peseta, las expectativas de aumento de tipos de interés y la incertidumbre económica no proporcionan un marco apropiado para comprar en Bolsa, aunque el mercado está claramente sobrevendido y cerca de una razón precio-beneficios global de nueve.Los únicos aumentos de precios en el parqué barcelonés correspondieron a los grupos de monopolioss y cementos. Por el ontrario, los mayores retrocesos fueron para los sectores de alimentación, textil e inversión.

El índice general se encuentra en los niveles de finales de 1986, cuando la Bolsa empezó a despertarse de un largo letargo que la llevó finalmente al espectacular crecimiento que condujo al crash de octubre de 1987. Los expertos no ven posibilidades de recuperación como no sean las reacciones técnicas que suceden a las caídas. El riesgo es elevado y no hay competencia con las letras del Tesoro con rentabilidades del 14% en algunos plazos y del 13% en el mercado secundario.