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Bush recurre al ataque personal contra Clinton y le acusa de complacer ciegamente al electorado

El presidente norteamericano, George Bush, ha roto su promesa de centrarse tan sólo en asuntos políticos y se lanzó ayer por primera vez a atacar personalmente a su contricante demócrata, Bill Clinton, quien, a un mes de las elecciones, sigue siendo favorito según los sondeos de opinión. A una semana del debate televisadoen el que se enfrentará, cara a cara, con el candidato de los demócratas, Bush ha diagnosticado una enfermedad llamada clintonesia que consiste en: "Piernas temblorosas, manos sudorosas y un increíble deseo de decir cualquier cosa, de asumir cualquier postura sobre cualquier asunto teniendo siempre en cuenta a quién se trate de complacer".

Bush trataba de esta manera de incidir en la estrategia de la campaña republicana, que se esfuerza en presentar a Clinton como el hombre de las dos caras, que dice una cosa o la contraria según el auditorio al que se dirija. "El hombre no puede recordar con detalle que no inhaló [marihuana] hace 20 años, pero tampoco puede recordar lo que salió de su boca hace 20 minutos", dijo Bush durante su campaña por Florida, uno de los Estados más importantes electoralmente hablando.Mientras Bush rompia su reiterada promesa de no descender a los ataques personales, Clinton se preparaba para el primero de los tres enfrentamientos televisados con el presidente. Después de que los republicanos emitieran por televisión anuncios en los que remarcaban la debilidad de Clinton en cuestiones de economía, Clinton, decidió despejar las dudas sobre sus compromisos ante la situación económica internacional de Estados Unidos y apoyó el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica que la Administración de Bush ha firmado con los Gobiernos de México y Canadá.

A pesar de que algunos sindicatos que apoyan a Clinton se oponen al tratado, por considerar que pone en peligro sus puestos de trabajo, él aseguré que, si es elegido presidente, insistirá en desarrollar una legislación que proteja a los trabajadores que resulten afectados. Clinton se manifestó firme en su proposito a sabiendas de que la situación económica es la primera prioridad y preocupación de los electores que acudirán a las urnas el 3 de noviembre.

El gobernador de Arkansas que realizó estas promesas en una cena con la comunidad italo-norteamericana en Washington, a la que también asistió Bárbara Bush, la mujer del presidente- mantiene una apretada agenda de reuniones con sus consejeros de campaña para discutir la estrategia de los tres debates televisados que empiezan el próximo domingo.

Administración de Clinton

La cómoda ventaja de Clinton en los sondeos de opinión ha dado paso a la especulación sobre quiénes pueden ser los miembros más destacados de su futura Administración. Para sustituir a James Baker y Lawrence Eagleburger al frente de la diplomacia suena el nombre de Lee Hamilton, uno de los mejores expertos en cuestiones exteriores de la Cámara de Representantes, especialista en Oriente Próximo y en Europa. Defensa pasaría de Dick Cheney a Sam Nunn, una de las figuras más influyentes del actual Senado.

El tercero en discordia en la carrera presidencial, el independiente Ross Perot, puede desequilibrar la preparación de los republicanos y demócratas si comparece en los debates electores que han de llegar hasta el 25 de octubre. El candidato para la vicepresidencia de Perot, James B. Stockdale, también ha sido invitado al debate de candidatos vicepresidenciales del próximo día 13.

El impacto de la incorporación a la carrera de Perot todavía no se aprecia en las encuestas. Sin embargo, el multimillonario especialista en golpes de efecto todavía no ha iniciado su campaña publicitaria televisiva, un factor que, una vez más, puede hacer oscilar las preferencias. Perot, que llegó a estar en primer puesto en las intenciones de voto de los norteamericanos mantiene en la actualidad un muy rezagado tercer lugar en los sondeos.

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