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Los vecinos creen que el asesino tenía un "guía"

La mayoría de los padres de Vilalba (Lugo) volvieron ayer a acompañar a sus hijos a la entrada y a la salida del colegio. José María Real López, el presunto autor del brutal asesinato de la niña de nueve años María del Carmen Rivas, Maruchi, estaba ya entre los muros de la penitenciaría provincial, pero los habitantes del pueblo no logran sacarse el miedo del cuerpo. "Tengo miedo y lo tendré durante mucho tiempo", comentó una de las primas de María del Carmen.Los padres de la pequeña, Ernesto Rivas y María Isabel López, parecen algo más aliviados. Desde el hallazgo del cuerpo mutilado de María del Carmen, el pasado 19, tres días después de su desaparición, permanecían recluidos en casa y sólo hablaban con un reducido grupo de familiares.

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"Queremos justicia"

"Queremos que se haga justicia aunque a la niña no nos la van a devolver", declararon tras conocer la detención de José María Real. Ernesto y María Isabel se mostraron comedidos, aunque el padre no puede evitar el sentimiento de venganza. "Si lo cojo, le haría lo mismo que él le hizo a mi h¡ja", afirma.

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A media mañana del jueves la esperada noticia de la detención de Real se extendió rápidamente por las calles de Vilalba. "Desde que apareció el cadáver estábamos todos los días pendientes de los informativos. Sabíamos que lo tendrían que coger", comentaba ayer una vecina de la aldea de Goiriz, donde vivía la niña asesinada. En las horas siguientes a la captura, el pueblo fue un hervidero de corrillos, en los que se desmenuzaban las últimas noticias y se oían voces de indignación reclamando la pena de muerte o la cadena perpetua.

El alcalde de Vilalba, Agustín Baamonde, consideró correcta la decisión de no llevar a Real hasta el juzgado de la localidad. "La gente tomaría la justicia por su mano y eso tampoco se puede hacer", declaró.

Muchos habitantes de Vilalba, incluidos familiares de María del Carmen, están convencidos de que Real no actuó en solitario. Pilar López, que vio al conductor del automóvil en el que su prima fue secuestrada el pasado día 16, no fue capaz de reconocer al presunto asesino. Los vecinos insisten en -que el rostro de Real no les resulta familiar y, sin embargo, el modo en que actuó el raptor y el recóndito descampado donde abandonó el cadáver denotan que conocía la zona. "Mira, hijo mío, éste tenía un guía, y ese guía aún está libre", señalaba una vecina de Goiriz.

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