González se hace responsable de la crisis y apuesta por Maastricht como única salida

Felipe González asumió ayer "plenamente, como presidente del Gobierno, el momento de crisis que vive la economía española". En el debate parlamentario sobre las enmiendas contra la ratificación del Tratado de Maastricht, González hizo esa confesión, pero a renglón seguido se inclinó por continuar el proceso de unión europea como única salida a la actual situación en el Viejo Continente. Sin embargo, dejó bien claro que la crisis española no guarda relación alguna con Maastricht.

"La responsabilidad" de la mala racha económica "es nuestra, de este Gobierno ( ... )", insistió el jefe del Ejecutivo. Pero a continuación se mostró convencido de que España sigue teniendo "capacidad de converger para estar en ese grupo de países" que accederá primero a la unión monetaria. En el caso remoto de que hubiese una Europa de dos velocidades, comentó, "tenemos la voluntad política de estar en el grupo de países que cumpla todos los compromisos de la unión monetaria", es decir, en vanguardia.En tono grave, González reconoció que "no es demasiado ampuloso decir que la construcción europea atraviesa un momento crítico". El presidente quiso "dejar claro que no hay ninguna relación de causa a. efecto entre el agravamiento dé la situación económica y el proceso de unión europea".

En la sesión de ayer fueron rechazadas las enmiendas presentadas por IU, CDS y el Partido Aragonés. Los enmendantes contaron sólo con 25 votos a su favor y 281 en contra. Por parte de IU, Julio Anguita hizo hincapié en que Maastricht no debiera ser ratificado sin un referéndum previo. José María Aznar, presidente del PP, lamentó que "la política económica del Gobierno nos ha conducido a un fracaso rotundo, sin paliativos".

Horas más tarde, en otro escenario, Felipe González volvía a aludir a la crisis económica en estos términos: "Parece que los españoles estamos viviendo por encima de nuestras. posibilidades, tenemos un problema de desahorro y por eso son necesarios los ajustes económicos severos y los presupuestos restrictivos". El presidente pronunció estas palabras, en una cena con más de 300 editores de prensa y revistas americanos que han participado en la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa.

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