UGT y PSOE normalizan las relaciones para lograr pactos sociales

El líder de UGT, Nicolás Redondo, y el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, lograron ayer normalizar las relaciones entre el sindicato y el partido socialista, aunque Redondo precisó que eso se hará "sin desandar el camino andado" y manteniendo la plena autonomía del sindicato. Ha sido el encuentro de la reconciliación, el primero oficial desde hace cinco años entre las dos organizaciones, y ha servido para que se comprometan a lograr varios pactos sociales, "en prácticamente todos los temas que resultan importantes para UGT", según palabras de Alfonso Guerra.

Buena parte de la reunión de las ejecutivas del PSOE y de UGT se centró precisamente en analizar su significado. Alfonso Guerra habló de "una nueva etapa" en las relaciones. Redondo reconoció que "no es normal que nos reuniéramos con otros partidos y no con el PSOE" y para el futuro desea "unas relaciones más cordiales" que con otros partidos "por razones históricas".Pese a que en el encuentro partiparon Guerra y dirigentes guerrístas, el secretario general ugetista pidió que "nadie especule sobre la sintonía de UGT hacia ninguna corriente del PSOE".

Ni los presupuestos generales de 1993 ni la crisis económica fueron objeto de debate. Tan sólo se trató la ley de huelga y el temario pendiente de negociación entre los sindicatos y el Gobierno. Alfonso Guerra, José María Benegas, Francisco Fernández Marugán y Eduardo Martín Toval escucharon los criterios de UGT y se comprometieron a modificar el anteproyecto de ley de huelga enviado por el Gobierno al Parlamento sin atender ni una sola de las propuestas de los sindicatos.

Ley de huelga

Será el grupo parlamentario socialista quien concrete las enmiendas a la ley de huelga en el encuentro fijado con UGT y CC OO para el próximo día 7 de octubre. Paralelamente, en el Ministerio de Trabajo se prepara un texto que recoge demandas sindicales.Redondo, junto a los dirigentes de UGT José María Zufiaur, Apolinar Rodríguez,y Emilio Castro, plantearon también al PSOE la necesidad de que se envíe al Parlamento la ley de salud laboral, ya pactada, y que se desbloquee la reforma de la formación profesional, la constitución del Consejo Económico y Social, la reforma de la contratación y del INEM y que se abra la mesa de política industrial.

Los dirigentes de UGT declararon que ayer no habían obtenido ningún compromiso, pero Alfonso Guerra aseguró que "hay posibilidad de aproximación en la inmensa mayoría de los temas. Prácticamente en todos los que resultan más importantes. para la UGT". El vicesecretario general del PSOE se mostró partidario de "un diálogo permanente y constructivo con UGT, por las relaciones históricas, y extensible a otros sindicatos, aunque a veces haya discrepancias". Reconoce que la crisis económica ha favorecido el reencuentro y argumentó que "hay una ley casi universal: las posibilidades de acuerdo crecen cuando las dificultades aumentan".

Alfonso Guerra se negó a responder al ministro de Economía, Carlos Solchaga, y a su afirmación de que los presupuestos de 1993 tendrán un coste electoral para el PSOE. Se limitó a comentar que "Ios resultados electorales se ven en las urnas. Desde 1982 hasta ahora, el triunfador ha sido el PSOE y no va a dejar de ser así en el futuro". Tampoco quiso hacer ninguna valoración sobre los presupuestos generales del próximo año. "El apoyo del grupo socialista al Gobierno socialista", dijo, "es una ley. Otra cosa es que haya enmiendas en el trámite parlamentario".