Roca admite ante los dirigentes de CDC que se va porque Pujol le margina de la toma de decisiones

Miquel Roca admitió ante sus compañeros del Comité Ejecutivo de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC), reunido el lunes por la noche, que la causa de fondo para no presentarse a la reelección como secretario general era que el presidente de la Generalitat y del partido, Jordi Pujol, le margina en la toma de decisiones.

Los dirigentes de CDC, reunidos en ausencia de Pujol, de viaje oficial por Holanda, habían rechazado los argumentos expuestos por Roca como causa de su renuncia -las dificultades de relación con el partido coligado, Unió Democrática de Catalunya (UDC)- y le pidieron, por unanimidad, que presentara de nuevo su candidatura para el cargo. CDC celebra su congreso a mediados de octubre.Pujol anunció ayer desde Amsterdam, de forma pública y solemne, que retomaba desde ahora mismo las riendas del partido. Un Pujol relajado y excepcionalmente abierto a hablar sobre el conflicto en el seno del partido nacionalista negó que vaya a pedirle a Roca otra vez que reconsidere su decisión, "ya que ésta, según dice él, es irrevocable", informa José Antich. En el influyente entorno de familiares y amigos de Pujol se restó importancia a la decisión y se apoyó que el presidente no haga concesiones.

Varios miembros de la dirección de Convergéncia explicaron que a lo largo de las dos horas y media de discusión abierta en el seno del comité ejecutivo del lunes quedó claro, que los problemas con Unió no justificaban una decisión del calibre de la tomada por Roca y que el verdadero problema era la falta de sintonía entre éste y Pujol.

Este problema de relación personal y política era considerado ayer sin rodeos como "el nudo de la cuestión" por los dirigentes de CDC consultados por este diario. Al lado de éste fueron citados otros conflictos endémicos en el seno del partido: "La ambigüedad permanente del proyecto español de Convergència" y la escasa práctica de debate en la propia dirección del partido, a la que uno de sus integrantes calificó como "educada para permanecer en silencio [ante Pujol]".

Entre los que pidieron a Roca que, al menos, dejara en suspenso su decisión hasta la reunión extraordinaria de la dirección convocada por Pujol para el próximo viernes, figuraban Macià Alavedra, consejero de Economía y Finanzas del Gobierno catalán, y Josep Maria Cullell, entre otros.

Cuando los argumentos de los dirigentes de CDC desmontaron las explicaciones de Roca, éste admitió que se consideraba marginado en las decisiones que toma Pujol. Explicó que en los últimos tiempos Pujol consultaba en ocasiones sus decisiones con el Gobierno de la Generalitat, con sus aliados de Unió, pero se olvidaba del partido y aseguró que en su actuación se había sentido faltado del apoyo de Pujol. Argumentó también que estaba "harto de ser el malo" en una artificiosa división del partido nacionalista entre "vendidos" y "puristas".

Roca declaró ayer que a partir de ahora será "un mero ejecutor" de las decisiones de su partido. Según Roca, su decisión "puede tener efectos positivos de cara a la consolidación del proyecto" de CiU. El líder del Grupo Parlamentario Catalán se mostró "muy dispuesto" a volver a encabezar la lista de CiU al Congreso.