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Reportaje:

Gregory quiere divorciarse de su mamá

Un niño norteamericano va a juicio para poder ser adoptado contra el deseo de su madre natural

Un niño norteamericano de 12 años compareció ayer, acompañado por sus abogados, en un juzgado de Florida para iniciar formalmente la batalla legal para divorciarse de sus padres Gregory Kingsley quiere romper definitivamente los lazos que le unen a sus progenitores para poder quedarse con la familia que le recogió hace un año, cuando vivía en uno de los orfanatos que han sido su hogar en los últimos ocho años.El padre del pequeño demandante, que abandonó a su familia cuando Gregory tenía cuatro años y su mujer estaba esperando su tercer hijo, no ha presentado ninguna oposición a la demanda de su primogénito y ha renunciado voluntariamente a sus derechos. Sin embargo, la madre del niño, Rachél Kingsley, que en los últimos ocho años sólo ha pasado siete meses con su hijo, ha contratado a una abogada para luchar por la custodia de su primogénito.

La historia de pobreza e inestabilidad se remonta a una generación atrás. Rachel K., cuya madre se suicidó cuando era una niña, abandonó el colegio a los 17 años y tuvo a su primer hijo un año después. Cuando fue abandonada por su marido alcohólico, Rachel decidió dejar a dos de sus hijos con su hermana, ya que con su sueldo de camarera no podía hacerse cargo de ellos. Gregory permaneció unos años con su padre antes de que su madre pudiera recuperarlo. Tras el divorcio de la hermana de Rachel, los tres niños fueron internados en un orfanato, de donde fueron recuperados por su madre por un corto espacio de tiempo y de nuevo vueltos a internar. El Estado de Florida, a diferencia de la mayor parte de los Estados norteamericanos, no ofrece pensiones de beneficencia para que sean administradas directamente por las familias, y ésta es una de las razones que Rachel argumenta para explicar el supuesto abandono de sus vástagos.

Fue en uno de estos hospicios donde Gregory conoció al abogado George Russ, de cuya familia quiere seguir formando parte desde ahora. George Russ, padre de ocho hijos, recuerda que desde el primer momento se produjo una comunicación especial entre él y Gregory. Al primer golpe de vista, el abogado, que también es hijo de un alcohólico, comprendió la angustia que había vivido el muchacho e inició las gestiones para hacerse cargo de él. "Tengo ocho hijos, soy una persona racional y nada impulsiva, pero no podía quitarme a Gregory de la cabeza", explicó Russ.

La familia Russ se llevó al niño con ellos temporalmente. Sin embargo, cuando la madre natural de Gregory no quiso renunciar a sus derechos para que su hijo pudiera ser formalmente adoptado por la nueva familia, la idea del divorcio comenzó a rondar la casa de los Russ. Un par de días más tarde, el pequeño Gregory cogió el teléfono y llamó a una abogada especialista en casos de menores para que iniciara el procedimiento de separación de sus padres. Semanas después, el inédito caso fue aceptado por el Juzgado de Orlando, que reconoció que los menores están protegidos por los mismos derechos que los adultos.

Ayer se inició la vista, en la que los abogados de Gregory deberán probar que ha sido tratado con negligencia para que se pueda dar por concluida su relación con su madre. Por su parte, los abogados de su madre ya han descalificado con antelación las pretensiones de Gregory diciendo que el niño "sólo quiere una familia rica que le compre un Nintendo" Guego de ordenador).

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