'Murphy Brown,' se ensaña con Dan Quayle
La protagonista de la serie vuelve y arremete contra el vicepresidente norteamericano
La serie Murphy Brown ha vuelto esta semana a la televisión norteamericana con su personaje principal convertido en una satisfecha madre soltera. El capítulo de la reanudación descargó sobre los republicanos una hora de críticas en las que el humor fue de la mano de acusaciones ideológicas. El regreso de la serie que los republicanos han convertido en un símbolo de la crisis de valores de la sociedad norteamericana atrajo la atención de 35 millones de personas, que presenciaron el primer debate electoral entre un político y un personaje de ficción.
La expectación era tan tremenda que los anunciantes no objetaron pagar el 114% de aumento que experimentaron las tarifas publicitarias, a razón de un millón de pesetas por segundo. Murphy Brown se sumó así a la lista de personajes de ficción que, movidos por los deseos de sus guionistas, productores y actores, están tomando partido en la carrera presidencial norteamericana. "Vivimos tiempos difíciles. Se puede acusar a la prensa, al Congreso, a la Administración que lleva 12 años en el poder o a mí de ser responsables de estos males sociales", respondió Murphy Brown a Dan Quayle en un episodio en el que se ridiculizó al vicepresidente, para lo que se utilizaron imágenes de sus intervenciones electorales. "Fijaos, las encuestas no sólo dicen que la gente considera que Murphy será mejor madre que Dan Quayle, sino que, además, considera que sería un mejor presidente", manifiesta un periodista de la serie que lee un artículo publicado de verdad por un periódico. "Estoy orgulloso de que Hollywood haya dedicado una hora del tiempo de máxima audiencia a responder a una sola frase que pronuncié hace meses", dijo el vicepresidente norteamericano, que vio el capítulo con un grupo de madres solteras parar tratar de congraciarse con los millones de familias no tradicionales norteamericanas que se han sentido ofendidas por el debate que él abrió.
"Es absolutamente impensable que criando a mi hijo sola consiga peores resultados que los Reagan con los suyos", había dicho Murphy Brown antes de que su hijo naciera. Como el personaje interpretado por Candice Bergen, el vicepresidente norteamericano también había tratado de hacer gala de su sentido del humor.
Antes de la emisión del lunes, Dan Quayle envió a la cadena CBS un elefante republicano de peluche para el hijo del personaje de ficción, con una nota en la que le agradecía que hubiera servido para que la sociedad norteamericana repasara las estadísticas de los sociólogos que relacionan pobreza y violencia con. desintegración familiar.
Sin embargo, después de pasar una hora presenciando cómo Murphy Brown recordaba sus ya históricas meteduras de pata, el vicepresidente no se mostró tan risueño. "Han sido muy críticos conmigo. Ha sido un anuncio a favor de Bill Clinton", explicó antes de reiterar una vieja idea suya: "Hollywood no refleja nuestros valores". La tradicionalmente liberal colonia de Hollywood -de donde ha salido el primer actor presidente de la historia y, paradójicarnente, uno de los más destacados políticos conservadores de los últimos tiemposespera que la actual campaña electoral concluya con un demócrata en la Casa Blanca, tras 12 años de espera.
Comparar la lista de actores comprometidos con los demócratas con la de los partidarios de los republicanos es como tratar de equiparar los fichajes de una superproducción con los de una película de bajo presupuesto. Aunque eso ha pesado poco en los resultados de anteriores elecciones, en ésta las estrellas que se acercan al calor de Bill Clinton llenarían de envidia a cualquier organizador de un festival cinematográfico.
Estrellas rutilantes
Manifestando el triunfalismo de quienes esperan un final feliz, la cantante y actriz Barbra Streisand presentó la semana pasada al candidato demócrata Bill Clinton como "el próximo presidente de Estados Unidos" durante un recital en el que se recogió más de un millón de dólares para la campaña demócrata. A su lado estuvieron en el escenario el actor Dustin Hoffman, para hablar del sida; la actriz Michelle Pfeiffer, para exponer su defensa del derecho al aborto, y el actor y director Danny de Vito, para exponer sus preocupaciones sobre el medio ambiente, los tres principales caballos de batalla de los liberales.Con ellos, posando para las cámaras y buscando la cercanía del matrimonio Clinton, se dejaron ver al final de un musical de Broadway, el productor discográfico y compositor Quincy Jones, la humorista Whoopie Goldberg, la actriz Annette Bening y el actor Richard Dreyffus. Si, tal y como se describe en la mitología del mundo del cine, no hay nadie más solo que un perdedor en Beverly Hills, los republicanos se encuentran en apuros, a menos de dos meses de las elecciones.
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