México y el Vaticano reanudan relaciones y ponen fin a un siglo de conflictos
El Vaticano anunció ayer el establecimiento de relaciones diplomáticas con México, un hecho que pone fin a más de un siglo de hostilidad caracterizada por sangrientas campañas anticlericales. El histórico hito se produce sólo dos años después de que el papa Juan Pablo II visitara México. Según la cancillería mexicana, la decisión se adopta a partir del principio constitucional "que reconoce la personalidad jurídica de las iglesias y demás agrupaciones religiosas".Desde que el presidente Carlos Salinas de Gortari asumiera la presidencia, en 1988, las relaciones, entre la Iglesia católica y el Gobierno son más abiertas. En un hecho insólito en la historia moderna del país, Salinas invitó a la jerarquía católica a la ceremonia de su toma de posesión, gesto que fue criticado por la oposición.
México suspendió relaciones con el Vaticano en 1861 y la Constitución de 1917, fruto de una revolución que costó más de un millón de vidas, prohibió a la iglesia tener propiedades. A finales de los años veinte, el Gobierno aplastó la rebelión de los Cristeros, inspirados por la iglesia, con una sangrienta campaña en la que ardieron cientos de iglesias y varios sacerdotes fueron ahorcados en público.
Salinas y el Papa decidieron en febrero de 1990 estrechar relaciones y el año pasado México levantó la prohibición que impedía a los sacerdotes vestir ropas clericales en público. Alrededor del 96% de los 86 millones de mexicanos son católicos.
El comunicado difundido ayer por la cancillería mexicana asegura que la decisión "es congruente con los miembros de la comunidad internacional con los que México coincide en el propósito de mantener la armonía y la paz en el mundo".
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