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EL FUTURO DE EUROPA

Major convoca una cumbre de los Doce y advierte a sus socios que habrá que tener en cuenta a los votantes del 'no'

Enric González

John Major, primer ministro británico y presidente semestral de la Comunidad Europea, convocó ayer una cumbre comunitaria para principios de octubre en la que, dijo, "habrá que tener en cuenta lo ajustado del voto francés y las preocupaciones expresadas estos días por toda Europa".

Major dio la bienvenida al francés, felicitó al presidente François Mitterrand y afirmó que él, personalmente, sigue apoyando el tratado de Maastricht. Pero insistió en que la Cámara de los Comunes no votará el texto de unión europea hasta que el problema danés esté resuelto. Con la población claramente contra Maastricht, según las encuestas, el Reino Unido se ha convertido ahora en uno de los grandes obstáculos para la unión europea.

Major dijo que los líderes comunitarios debían considerar con urgencia tres cuestiones: la situación de Dinamarca, los defectos del Sistema Monetario Europeo (SME) y las preocupaciones expresadas en torno a Maastricht por los ciudadanos comunitarios durante las últimas semanas. "A partir de los resultados de la cumbre, la Comunidad podrá decidir cómo debe actuar para contar con el apoyo de todos los miembros", explicó.

La votación en el Reino Unido deberá esperar "primero, a la clarificación de las intenciones danesas, y segundo, al resultado de la cumbre del Consejo Europeo". De las palabras de Major podía deducirse que el primer ministro británico no vería mal algunos retoques o, al menos, aclaraciones sobre los contenidos del tratado.

Major insistió en que la CE tiene mucho que hacer al margen de Maastricht (mercado único, ampliación, etcétera) y en que él sigue considerando que el tratado es "bueno para el Reino Unido y para Europa". Pero su tono fue muy ambiguo y sus palabras sobre la aprobación británica, muy inconcretas.

Varios diputados europeístas del Partido Conservador se quejaron de la "excesiva cautela" del primer ministro y lamentaron que el país que preside la Comunidad en estos momentos "vaya a ser el último en plantearse la aprobación de Maastricht: eso no ayuda al resto de nuestros socios, sino al contrario".

Los euroescépticos conservadores y laboristas se muestran, por el contrario, enardecidos por el resultado francés y por la actitud de John Major. Unos y otros creen que no podrá evitarse el referéndum británico, visto lo ajustado del sí en Francia, y que aún sin la consulta popular la ley de aprobación sería derrotada en el Parlamento de Westminster.

Parece cada vez más probable que Major acabe lavándose las manos respecto a Masstricht, para no arriesgarse a una derrota parlamentaria que podría hundir su carrera política, y conceda libertad de voto a sus diputados, lo que favorecería claramente a los euroescépticos. Del lado de éstos están también las encuestas, según las cuales dos de cada tres ciudadanos británicos votarían no al tratado de Maastricht.

Un sondeo publicado ayer por The Independent on Sunday señalaba que dos de cada tres electores británicos votarían en contra del tratado si se celebrara un referéndum en el Reino Unido. El 47% se decantaba por el no y el 24% por el sí, con un 29% de indecisos. Según la misma encuesta, los británicos creen que la devaluación de la libra ha sido provocada por una conspiración de los banqueros alemanes, y el resentimiento contra Alemania está en alza.

Pero la imagen de Major ha sufrido también las consecuencias de la depreciación. Según otra encuesta, publicada por The Sunday Times, el índice de aceptación del primer ministro ha bajado hasta el 30%.

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