Los Doce se comprometen a mantener las actuales paridades del Sistema Monetario Europeo

Los 12 ministros de Economía de la CE hicieron ayer público un comunicado conjunto en el que se comprometen a mantener el actual tipo de cambio y sus paridades en el Sistema Monetario Europeo. Por otra parte, la ministra portavoz del Gobierno español, Rosa Conde, acusó veladamente de irresponsabilidad al presidente del Partido Popular, José María Aznar, y al de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, por sus declaraciones públicas en favor de una devaluación de la peseta. "Algunas declaraciones pueden tener efectos negativos, pero no para el Gobierno, sino para el país", dijo Conde al término del primer Consejo de Ministros celebrado tras las vacaciones.

La escueta comunicación conjunta, apenas cuatro párrafos, recalca que los Estados miembros de la Comunidad Europea tienen un compromiso con la estabilidad económica y monetaria en el seno del SME que constituye un elemento importante de la prosperidad europea". Tras rechazar cualquier reforma en la estructura de tipos de cambio centrales, concluye afirmando que las autoridades de los países comunitarios mantienen su cooperación en materia de política económica y están preparados para reforzarla a fin de garantizar un funcionamiento adecuado del SME".En definitiva, este compromiso supone dar un espaldarazo al actual sistema de cambios, puesto en entredicho durante los últimos quince días por la turbulencia provocada por la debilidad del dólar y la espectacular fortaleza del marco alemán. Ayer mismo, la lira pasó por un mal momento puesto que, como ocurriera días atrás con la libra, se vio a un paso de perder su posición en la banda del SME. De hecho, los bancos centrales belga e italiano tuvieron que intervenir para que la lira no perdiera posiciones respecto al marco y al franco belga.

Debate sobre la peseta

En España, al margen de que el Banco de España interviniera varias veces para mantener el dólar y la peseta, el debate monetario se ha convertido en un intenso cruce de opiniones sobre la conveniencia de mantener una moneda fuerte.

Tras el primer Consejo de Ministros después de las vacaciones, la ministra portavoz aseguró que "el Gobierno mantiene con firmeza su decisión de no devaluar la peseta" y que está en contra de un reajuste de las divisas del SME. "Esta posición", aseguró, "la comparten los restantes socios comunitarios". Aunque no aludió expresamente a Pujol o Aznar, ni tampoco a sus pronunciamientos en favor de la devaluación, sus duras críticas no dejaban duda sobre la identidad de los destinatarios. "Cualquier responsable político debe tener en cuenta las consecuencias de sus declaraciones, ya que algunas han podido tener efectos negativos sobre nuestra situación financiera", dijo.

Casi al mismo tiempo que el Gobierno reafirmaba su postura sobre la peseta y acusaba a sus detractores, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) tomaba partido a favor de los razonamientos de Pujol y Aznar. En un comunicado, la patronal señala que "nuestra divisa muestra una fortaleza que no se corresponde con el tipo de cambio que exigiría una posición de relativo equilibrio de nuestras cuentas económicas con el exterior".

La CEOE advierte que las empresas españolas observan impotentes como una demanda interna cada vez más reducida se ve atendida de manera creciente por los competidores extranjeros de forma que se amplía el déficit exterior por cuenta corriente y se reduce la capacidad de expansión por cuenta corriente y de generación de empleo de nuestras empresas". Además, la patronal añade que las compañías que trabajan en los sectores más abiertos de la economía están sufriendo una drástica caída de beneficios o entradas en pérdidas de tal magnitud que explican el estancamiento de las inversiones".

Sin embargo, no todos opinan de la misma manera. Los dirigentes de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y de Iniciativa por Cataluña (IC), Ángel Colom y Rafael Ribó, mantuvieron ayer posiciones discrepantes sobre la propuesta del presidente de la Generalitat de devaluar la peseta.

El Consejo de Ministros también abordó las grandes cifras de ingresos y gastos para 1993. El Gobierno, según Rosa Conde, "mantiene el objetivo de situar el déficit público en torno al 2,57% del Producto Interior Bruto (PIB), tal como se refleja en el plan de convergencia, y tampoco prevé incrementar los ingresos, lo que obligará a un riguroso ajuste de los gastos".

Conde señaló que el Ejecutivo realizará un "debate sereno" para identificar las partidas prioritarias y aquéllas otras que "deben ser recortadas o ajustadas". Además, el Gobierno pretende destinar el 5% del PIB a infraestructuras.