Sólo los nacionalistas vascos abogan por una nueva reforma de la Constitución a medio plazo

El PNV fue el único grupo parlamentario que defendió ayer una nueva reforma de la Constitución, inmediatamente después de que el Rey y el presidente del Gobierno rubricaran en el Palacio Real la reforma constitucional que permitirá a los ciudadanos comunitarios residentes en España presentarse a las elecciones municipales, en aplicación del Tratado de Maastricht. La reforma entrará hoy en vigor, tras su publicación en una edición especial del BOE.

Emilio Olabarría, portavoz del Grupo Vasco, afirmó que, con la primera reforma de la Constitución de 1978, "se ha roto el tabú de la inmutabilidad del texto constitucional", y se felicitó por ello. "Es el momento de entrar en otras reformas, ya que esta Constitución no es absolutamente satisfactoria para nosotros", afirmó el diputado vasco, quien recordó el desacuerdo del PNV con el título VIII de la Carta Magna, que diseña el Estado autonómico.No obstante, agregó que el PNV no se propone cambiar la Constitución mientras no exista un amplio consenso al respecto. "No vamos a proponer una reforma para que sea rechazada", argumentó.

La necesidad de que toda futura reforma cuente con el mismo consenso que ha respaldado su primera modificación fue utilizada por los restantes grupos políticos para descartar nuevos cambios a medio plazo.

"Esta reforma se ha hecho por consenso y por un consenso unánime; lo que dificulta, afortunadamente, reformas frívolas, que no tengan peso o razón de ser suficiente", dijo el presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval.

Con cuentagotas

José María Aznar, presidente del Partido Popular, declaró que las reformas constitucionales deben hacerse "con cuentagotas y cuando merezca la pena, salvaguardando el consenso social y político".

El portavoz del Grupo Catalán, Miquel Roca, que salió del acto junto a Aznar, restó importancia a la posibilidad de que un resultado negativo en el próximo referéndum francés frustre el Tratado de Maastricht, motivo de la reforma de la Constitución española. "Me preocupa, muy relativamente lo que pueda ocurrir en Francia. Nuestra posición debe afirmarse en función de nuestros intereses". José Ramón Caso, del CDS, opinó que cualquier futura reforma constitucional "deberá tener las mismas características que la aprobada ahora: ser imprescindible y que tenga un gran consenso político y social". "Hoy por hoy", agregó, " no se dan esas circunstancias en ningún otro asunto".

El ministro de Justicia, Tomás de la Quadra, descartó la necesidad de una nueva reforma para dar mayor protagonismo al Senado e insistió en que para cualquier otra modificación, "habría que tratar de encontrar un consenso".

La ceremonia solemne de refrendo, por el presidente del Gobierno, y sanción, por el Rey, de la ley de reforma del artículo 13.2 de la Constitución empezó al mediodía, duró cinco minutos y se desarrolló en una sala del Palacio Real, con asistencia de las principales autoridades del Estado y de representantes de los grupos parlamentarios.Al término del acto, el presidente del Gobierno, Felipe González, permaneció durante una hora y media despachando con el Rey. La reforma entrará en vigor hoy, tras su publicación en una edición especial del Boletín Oficial del Estado. Además de la versión oficial en castellano, se publicarán traducciones a las cuatro lenguas reconocidas por los respectivos estatutos de autonomía: euskera, catalán, gallego y valenciano.