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GENTE

Oro, sí; visado, no

Kathy Watt, campeona olímpica australiana de ciclismo, denunció malos tratos por parte de la polícia española en el aeropuerto de Barajas: "Le pusieron las esposas rudamente, y tiene moratones en los brazos y en el cuello", repetía una y otra vez en Sidney Jacqui Maunder-Wilson, su director deportivo, mientras los medios de comunicación australianos bloqueaban la centralita de la Embajada española en Canberra.El incidente, según la versión de la ciclista, se produjo en la tarde del lunes. Procedente de Lyón, Watt aterrizó en Madrid tras su participación en el Tour femenino para reunirse en Valencia con su amigo el ciclista profesional australiano Carey Hall. "Como no tenía visado, un policía le pidió que dejara sus maletas, en las que llevaba sus medallas, y que le acompañara. Kathy, que no quería dejar sus maletas sin vigilancia, se negó. Entonces, los policías le colocaron las esposas con rudeza y se la llevaron con las manos en la espalda", narró Maunder-Wilson.

Una vez verificada su identidad, siempre según la versión ofrecida por el técnico, las autoridades españoles le concedieron el visado. La campeona olímpica pidió el nombre. del policía que supuestamente. la había molestado. Al no obtener respuesta, optó por fotografiarlo. Otro policía allí presente le arrebató la cámara para confiscar la película. Watt (medallas de oro y de plata en Barcelona) narró lo sucedido al cónsul australiano en Madrid, William Ginnivan, quien le recomendó no emprender ningún tipo de accióni hasta recibir el informe de las autoridades españolas.

El cónsul, por su parte, declaró a EL PAÍS que no consideraba que el tema tuviese mayor importancia: "Atribuyo lo sucedido a la confusión generada por los problemas de comunicación que la ciclista debió de tener con la policía", señaló. "Muchos australianos desconocen que al llegar a España deben recibir un permiso de entrada, por lo que a veces han de esperar unos minutos en la aduana, lo que genera cierta confusión", señaló el cónsul.

La versión de la policía fue radicalmente distinta. Según un portavoz, Kathy Watt llegó sin visado a las cuatro de la tarde en un vuelo procedente de Lyón. Los agentes de Aduanas le comunicaron que debía esperar unos minutos para tramitar el permiso correspondiente, a lo que la ciclista se negó. Al parecer, la campeona australiana cruzó sin autorización el control de pasaportes y se dirigió a recoger su equipaje. Cuando los agentes volvieron a pedirle el pasaporte y le rogaron que les acompañara a la oficina de, inmigración, Watt se resistió y comenzó a insultarlos.

Finalmente fue conducida al despacho correspondiente, donde, tras comprobar su documentación, recibió el permiso de entrada sin más problemas. "Ni fue detenida ni maltratada. Todo lo contrario, pues ni siquiera fue denunciada por insultos y resistencia a la autoridad. Además, personas que llegaron en el mismo vuelo que ella comentaron que en Lyón ya había montado una escena parecida", explicó el portavoz de la policía madrileña.

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