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Detenidos 195 norteafricanos que pretendían llegar ilegalmente a Almería a bordo de un barco semihundido

Tereixa Constenla

Casi dos centenares de inmigrantes vieron frustrada ayer su tentativa de penetrar en territorio español a plena luz del día. Una barca de 15 metros de eslora, cuatro de manga y dos motores, semihundida a con secuencia de una vía de agua abierta por el exceso de peso, llevaba a bordo a 195 norteafricanos. La embarcación fue descubierta frente a la costa de Almería por dos pesqueros locales, que alertaron al servicio de vigilancia aduanera. A la una del mediodía fueron detenidos nada más tomar tierra en el puerto almeriense.

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La patrullera Cóndor V, del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) interceptó a cuatro millas de Almería la barcaza que trasladaba a los inmigrantes desde Nador (Marruecos), una hora después de que los arrastreros Segura Ferrer y el Nuevo Portugués advirtiesen de su presencia a aduanas.A las 11.00, los magrebíes admitían el fracaso de su intentona al recibir el alto de los funcionarios que amarraron la embarcación a su lancha para conducirles a puerto.

Tres de ellos se lanzaron al agua con el ánimo de huir, pero retornaron a la embarcación ante el requerimiento de los miembros del SVA. Los 195 norteafricanos, entre quienes se hallaban dos mujeres, habían partido de la costa marroquí tres días atrás, después de abonar cantidades que oscilan entre las 20.000 pesetas y las 50.000, para comprar su hueco en la barca, que llegó semihundida al muelle almeriense debido a una vía de agua abierta en el fondo sin que se sepa nada del patrón. Otros testimonios sostienen que la embarcación había sido adquirida entre todos sus ocupantes previo pago de 5.000 pesetas cada uno.

Uno de los miembros del SVA que participó en la operación mostró ayer su estupor por las condiciones de la barca. "Apenas se veía, sobrepasaba medio metro el agua debido al peso que traía. Además, habrán soportado un viaje horrible porque esta noche (por el lunes) ha hecho muy mal tiempo en el mar". Y agregó: "Venían como moscas".

Hacinadas en la embarcación, las 195 personas carecieron de agua y comida durante las jornadas que duró el viaje. Ayer se abalanzaban hacia los voluntarios de Cruz Roja que acudieron al puerto para proporcionarles agua.

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Rendidos después de permanecer 72 horas apretujados e inmóviles, todavía conservaban ánimos para bromear entre sí cuando desembarcaron. Uno de los inmigrantes, reacio a bajar a tierra y con el rostro escocido por el sol, fue conducido a un aparte por la policía. Posteriormente declaró que temía su expulsión a Marruecos por miedo a sufrir malos tratos por parte de las fuerzas policiales de su país.

Una de las mujeres marroquíes detenidas, que acometió la travesía acompañada de su marido, aseguraba decidida que volverá a intentarlo. El matrimonio magrebí, procedente de Cabo de Aguas (Marruecos), que tenía sus miras puestas en Francia, al igual que otros compañeros de aventura, ironizaban sobre su odisea marítima, a la que calificaron de "buen viaje". Algunos admitieron que no sabían nadar.

Peones agrícolas

Buen número de inmigrantes, entre los que se incluían palestinos, tunecinos, argelinos y marroquíes, pensaban recalar en la comarca del Poniente, de Almería, punto de destino frecuente de este colectivo, donde les esperaban familiares que trabajan como peones agrícolas en los invernaderos de la zona.

Los 195 detenidos, que fueron alojados en la estación marítima del puerto de Almería, prestaron declaración durante toda la tarde de ayer, horas antes de que se emprendiesen las labores de deportación. Estaba previsto que todo el contingente de africanos fuese repatriado la pasada medianoche en el trasbordador que cubre la línea entre Almería y Melilla. Debido al retraso con que el buque llegó a Almería, a la una de esta madrugada aún no había zarpado con rumbo a Melilla, informó la Guardia Civil.

La costa de Almería, junto con. la de Cádiz, se ha convertido en uno de los principales puntos de desembarco de los inmigrantes ilegales. La primera, que recibe a la mayoría de las rutas clandestinas que parten de Nador, acoge además a una importante colonia de extranjeros procedentes del continente africano. Ahora, la provincia alberga a unos 3.000 inmigrantes regularizados.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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