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LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Bush aprovecha la convención republicana para recuperar credibilidad y sembrar dudas sobre Clinton

Antonio Caño

A pocos metros del distrito electoral en el que comenzó su carrera política hace un cuarto de siglo, el presidente George Bush empezó su remontada hacia la reelección con un discurso en el que prometió reducir los impuestos, corregir el rumbo económico y ejercer el liderazgo para hacer frente a los nuevos desafíos internacionales. Bush aprovechó al máximo su discurso de cierre de la convención republicana, en la noche del jueves, para recuperar credibilidad y sembrar dudas sobre las cualidades de su contrincante demócrata para la presidencia de EE UU.

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La respuesta demócrata

El espectáculo triunfalista que suele ser una convención, donde se concentra toda la atención del país durante cuatro días, tuvo para Bush similares resultados positivos de los que un mes antes había tenido para la candidatura demócrata.De acuerdo a las primeras encuestas posteriores a la convención, el presidente tiene actualmente una desventaja respecto a Bill Clinton entre los 10 y los 12 puntos. Es decir, que ha reducido los diez o quince puntos que se calculaba que redujese como consecuencia del efecto provocado por el congreso republicano.

George Bush hizo un discurso pormenorizado y convincente en el que, sin aportar ninguna idea original, se limitó a decir lo que suponía que el público quería escuchar. Por eso, pasó de refilón por el espinoso asunto del aborto -"creo en el derecho individual de cada ser humano, nacido o por nacer"-, arremetió contra "los despilfarros" del Congreso y prometió el milagro de que no serían necesarios más impuestos para equilibrar el déficit público.

Bill Clinton dijo, en su primera reacción, que el discurso de su contrincante republicano fue "una de las más cínicas propuestas que nunca haya hecho un presidente". "Es un intento descarado de comprar una elección", afirmó.

George Bush pidió disculpas por los errores cometidos durante su primer mandato -fundamentalmente por la subida de los impuestos en 1990- y trató de contestar a la pregunta sobre porqué el electorado puede confiar en él para otros cuatro años de presidencia. Las respuestas fueron las siguientes:

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"Habrá nuevos retos en política exterior similares a los de Kuwait" y se necesita un líder experimentado para afrontarlos.

"Esta elección se debate sobre el cambio, pero la pregunta es en quién confiamos para realizar ese cambio".

Reducirá el Volumen del Estado y recortará el gasto público.

Rebajará los impuestos, especialmente los impuestos sobre los beneficios de las empresas.

Reformará el sistema legal y la sanidad.

Creara escuelas capaces de formar a los jóvenes.

Luchará para evitar una política obstruccionista por parte del Congreso.

El reto de los años noventa será ganar la competitividad económica para ganar la paz. "Debemos ser una superpotencia militar, económica y exportadora".

Junto a estas ideas, George Bush trató de demostrar que Bill Clinton carece de experiencia y de voluntad para dirigir los cambios que se necesitan. Estos fueron sus argumentos:

"¿Se puede esperar que el líder de la Guardia Nacional de Arkansas se convierta en el comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas? Mientras yo mordía las balas, Clinton se mordía las uñas".

"Ya tuvimos una vez un gobernador de un pequeño Estado del sur, combinado con un vicepresidente liberal y un Congreso demócrata. Estados Unidos no necesita un Carter II".

"Clinton dice que aumentará los impuestos de los ricos, pero entiende como rico a todo el que tiene un puesto de trabajo".

"Su pasión por el gasto público no conoce límites".

"No necesitamos un plan de salud basado en un masivo gasto del Gobierno".

"Clinton y el Congreso no quieren que los niños recen en las escuelas. Clinton y el Congreso no quieren un sistema legal que mantenga a los criminales entre rejas

"Mi oponente está de acuerdo en que los padres elijan la escuela de sus hijos, siempre que esta sea pública. Yo quiero que los padres puedan elegir entre escuelas públicas, privadas y religiosas".

George Bush dijo que si no había llevado a cabo en sus primeros cuatro años las promesas que hizo el jueves fue, exclusivamente, por culpa del Congreso, que ha rechazado todas las reformas introducidas por el Ejecutivo que él presidía.

El presidente Bush dedicó casi un tercio de su discurso a resaltar sus éxitos en política exterior y a advertir que en los próximos años se presentarán nuevos y mayores desafíos. Manifestó específicamente su esperanza de que puede ser "el primer presidente que visite una Cuba libre y demócrata".

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