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El cine, utilizado como recurso de relleno, satura la programación

La programación de cine en televisión está alcanzando en España un régimen de saturación al llegarse a cifras que superan los 400 títulos al mes, sin contar las que emite una cadena especializada como es Canal +. Este recurso al cine en las cadenas generalistas, más la práctica de la contraprogramación, está llevando a un callejón sin salida a las cadenas, que ven reducirse el fondo disponible de películas a precios asequibles. Una de las consecuencias de esta política es la repetición de filmes en distintas cadenas.

La contraprogramación -práctica habitual entre las cadenas de televisión, que cambian su programación a última hora para ofrecer un producto más competitivo con la oferta de la cadena rival- se ha convertido en un secreto a voces. En los programas de cine, la batalla, curiosamente, se establece entre el cine norteamericano de prestigio -películas taquilleras en su paso por las pantallas convencionales- y el cine cómico español de los años setenta, género al que suele recurrir la competencia para contraprogramar un éxito de Hollywood. La aparente paradoja reside en que esas películas españolas no consiguieron en su explotación en pantallas comerciales el mismo éxito que sus rivales norteamericanas. La explicación reside en el diferente tratamiento comercial que tiene el cine español y el norteamericano.Televisión Española, que próximamente emitirá ciclos dedicados a cómicos españoles como Gracita Morales y José Luis López Vázquez, ve con preocupación cómo se agotan los fondos de cine de calidad mientras se repiten ciclos de películas en diversas cadenas.

Así, Antena 3 está pasando actualmente un ciclo dedicado a Sara Montiel, formado por películas que en su mayor parte ya han sido emitidas por la televisión pública. La explicación de este fenómeno es que la demanda es tan grande que cuando vencen los derechos de emisión de una película en una cadena existe otra que los compra para rellenar su programación. Un caso más atípico representa Terciopelo azul, de David Lynch, emitida el pasado sábado, en horas de madrugada, por Tele 5, cuando había ocupado un horario de máxima audiencia en las autonómicas hace escasos meses.

Un problema adicional para las cadenas de televisión convencionales es el desprestigio del cine en blanco y negro, que ha sido relegado a las mañanas o a las madrugadas.

La obsesión de los programadores españoles por el cine -sin parangón en las televisiones convencionales del resto de Europa- se debe al éxito de público que el cine sigue teniendo en España y que garantiza una audiencia allí donde otros programas fracasan sistemáticamente.

La necesidad de rellenar la programación, o incluso de cumplir escrupulosamente los contratos que permiten una doble emisión de una película, lleva a la repetición de un filme en una misma cadena. Un alto cargo de TVE declaraba que si no se repetía la película, la inspección de Hacienda podría acusarles de "malversación de fondos públicos", al haber pagado por dos pases.

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