Asturias, ahora o nunca
Como los alquimistas buscaban la panacea universal, los otros, los políticos creyeron encontrar la, sino universal, al menos a nivel nacional en el marco del 92.Pero desgraciadamente y debido a un mal encantamiento, en Asturias -sí, un lugar situado al norte del país de los acontecimientos prodigiosos, ¿habéis oído hablar de ella?- se acumularon, por el contrario, toda elase de eventos negativos.
Es cierto que ese mal quizás tuviese su origen en el pasado, debido a otro hechizo como consecúencia del cual Asturias había perdido, en gran parte, el sentido de su identidad; pero aunque hubiésemos olvidado quiénes éramos, aunque amnésicos se nos permitió vivir o al menos vegetar. Con el paso del tiempo la amnesia se incrementó y nuestros representantes olvidaron por completo a quién o lo que representaban limitando sus funciones a actos patéticos y paródicos como -levantar un magnífico pabellón en nombre de Asturias cuando ella misma se desmoronaba: sus minas, su metal hasta ¡su leche!
Y para colmo y quizás para probar si seguimos estando dormidos, drogados, amnésicos, se muestran ante nuestras propias narices, en la pantalla de nuestras cajas de adormidera imágenes absolutamente identificables con Asturias (sólo les faltó mostrar La Cruz de la Victoria) y en las que se "recomienda", en caso de una posible visita, que se realice en otra ocasión, bajo el lema: "Ahora o nunca". Pues bien, a vosotros los responsables os lanzamos la misma arma arrojadiza, -si bien con mayor elegancia porque, aún no queremos herir a nadie: ¡Asturias, ahora o nunca! Contrariamente a esas vergonzosas imágenes, Asturias no puede, ni quiere, esperar, ya son muchos sus problemas y estamos dispuestos a luchar, si es necesario, contra molinos de viento, contra los maleficios que se han apoderado de nuestra comunidad, de nuestras imágenes y hasta de nosotros mismos.
... Aunque, estoy recordando algo que alguien escribió y que nos hace dudar de que el mal que adolece Asturias sea un maleficio: "Todo lo que sale en pantalla tiene íntimas relaciones obscenas con la realidad del poder, sea por metáfora, sea por metonimia, sea por metedura de pata".-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.