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El estanque del nuevo parque de Pradolongo acoge una gran torre de alta tensión

Juan Antonio Carbajo

El nuevo parque de Pradolongo, en Usera, uno de los más grandes del sur de Madrid, tiene una ría, campos de deportes, templete de música, una montaña artificial y un estanque con anfiteatro en un margen y una torre de alta tensión en su interior. Los 1.500 millones que ha costado la zona verde no daban para enterrar los cables de la luz. Los responsables del proyecto incorporaron las torretas al diseño del parque a la espera de que algún año desaparezcan.

Ricardo Castro, ingeniero municipal y uno de los responsables del proyecto, no está especialmente preocupado por el impacto visual que produce ver un flamante estanque con una torre de 137.000 voltios en su interior. "Se diseñó el parque obviando la existencia de las torres de electricidad porque no podíamos condicionar el proyecto a unos elementos que tarde o temprano deberán desaparecer", comenta.Y así se empezó la obra. Las torres, aunque molestas, no incidieron en el diseño de un parque que vino a sustituir a una zona inundada de vertidos y chabolas cercana al hospital Doce de Octubre.

Al final, coincidió que una de las torretas estaba justo donde se había proyectado un estanque del tamaño de la lámina de agua del Retiro. Pero no hubo problema. Se realizó una lengüeta de hormigón para apoyar la base de la torre y se terminó el parque. Así, cuando algún día se entierre la conducción eléctrica, la península de hormigón servirá "para dar conciertos de guitarra o se convertirá en un embarcadero", sugiere Castro.

El Ayuntamiento de Madrid asegura que se han tenido en cuenta todas las medidas de seguridad para que las torres de alta tensión no creen problemas. "Se ha respetado la distancia de seguridad, de tal manera que no se han plantado árboles de gran porte junto a la red del alta tensión ni se han instalado farolas altas".

La línea que atraviesa el parque del Pradolongo, que pertenece a Unión Fenosa, es una de las conducciones eléctricas más importantes de Madrid. Según el Ayuntamiento, el coste de la obra para enterrarla sería tan grande como el del propio parque, "en el quese han invertido cerca de 1.500 millones de pesetas". Esta conducción es la misma contra la que se han manifestado vecinos de los barrios del sur por su cercanía a las casas.

Un parque democrático

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La expansión de la ciudad no puede luchar contra la existencia de potentes tendidos eléctricos. "Las eléctricas no asumen los costos de los enterramientos, que son elevadísimos porque además de la obra en sí hace falta expropiar los terrenos bajo los que transcurrirán", explica Aurello Escallada, responsable municipal (de Infraestructuras. "Sólo en los presupuestos de las grandes obras, como las autovías, se puede incluir el coste del enterramiento de las líneas de alta tensión", aclara Escallada.El parque de Pradolongo tiene 72 hectáreas -es mas grande que el parque Enrique Tierno y más pequeño que el Retiro-, y de él dicen sus autores que es el primer parque democrático. "Durante estos años los vecinos de Usera han estado presentando sugerencias sobre el contenido de la zona verde", comenta el ingeniero municipal Ricardo Castro.

"Nos pidieron un parque poco relamido, que tuviera zonas para pasear; por eso hicimos una montafia artificial que ellos llaman la cuesta de la tortilla", comenta. Pradolongo está prácticamente terminado, a la espera de algunos retoques que las estrecheces económicas de la hacienda municipal pueden retrasar. En su interior, además del estanque, el anfiteatro o tres pistas polivalentes, hay una escultura monumental de 5,5 metros de José Miguel Utande.

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