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IRAK, EN EL PUNTO DE MIRA DE WASHINGTON

Malos augurios para el presidente ante la cita de Houston

Antonio Caño

Por el magnífico entramado de autopistas que cruzan la ciudad de Houston no sólo circulan hoy caravanas de delegados, observadores y periodistas que participan en la convención nacional del Partido Republicano, sino las esperanzas de George Bush de permanecer en la Casa Blanca. Esta es la gran oportunidad del presidente para dar un nuevo impulso a su deteriorada imagen si quiere eliminar la gran ventaja que el candidato demócrata, Bill Clinton, le saca actualmente en las encuestas de opinión.La convención republicana se abre hoy en esta ciudad tejana con los peores augurios. Al llegar aquí, los miembros del partido del Gobierno se han, encontrado con un sondeo del diario Houston Post, que muestra que Clinton aventaja ahoramismo en 17 puntos a Bush en las expectativas electorales en este Estado, que se supone que es el principal feudo político del presidente.

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George Bush confiesa que, pese a todas las encuestas, no se da por derrotado, y confía en que, de la mano de James Baker, -quien el próximo día 23 empieza su trabajo como jefe de Gabinete de la Casa Blanca, ascenderá lo suficiente como para ganar las elecciones el 3 de noviembre.

"Sé que nadie lo cree en estos momentos, pero voy a ganar. Estoy convencido de ello", dijo el presidente en una entrevista que publica el último número del semanario Time. Bush cree que la única razón de su dramático descenso de popularidad en los últimos meses es la situación econórnica. "Si la economía hubiera crecido al 5%, no estaríamos hablando ahora de estos problemas", afirmó.

Pero después de casi dos años de recesión la economía sólo ha crecido la mitad de lo que George Bush esperaba, y el tiempo que queda de campaña se antoja demasiado breve como para que la situación pueda variar sustancialmente en ese apartado.Las convenciones son, no obstante, un momento apropiado para lamentar algunas errores, hacer algunas promesas y, en definitiva, ganar popularidad. Aunque el interés del público por estas reuniones políticas se ha reducido considerablemente desde que se sabe que todo está decidido de antemano, durante cuatro días la televisión bombardeará al espectador con discursos e imágenes de la candidatura republicana.

Los cuatro días de la convención demócrata en Nueva York le fueron suficientes a Bill Clinton para ascender 15 puntos en las encuestas y expulsar de la carrera electoral al independiente Ross Perot.

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