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El vicepresidente de la CEOE augura una negociación colectiva "muy conservadora"

El vicepresidente primero de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Arturo Gil, manifestó ayer que los empresarios serán muy conservadore? en la negoclación colectiva de 1993. Gil sostiene en esas declaraciones que 1992 está siendo un año muy malo y que eso provocará que los empresarios sean muy prudentes pudiendo retrasarse la negociación colectiva hasta conocer las perspe ctivas economicas del próximo año". No obstante, confía en que habrá un clima razonable "porque tanto los empresarios como los trabajadores son sensibles a la mala situación económica".Arturo Gil, previsible delfín de José María Cuevas para sustituirle en la presidencia de la CEOE, manifiesta, por otra parte, que "no existen partidas intocables en el gasto público, cuyo crecimiento es preciso contener para que la economía española salga de la situación de emergencia en la que se encuentra". El dirigente empresarial subraya, asimismo, que el recorte del gasto es susceptible de aplicarse en cualquier partida del presupuesto, "aunque hacerlo suponga cambiar leyes y objetivos políticos. Sobre este aspecto sefialó: "El PSOE ha dado ejemplos sobrados de flexibilidad".Recorte de gastos

Sobre el recorte presupuestario abunda: "Es un principio falso pensar que el 80% del presupuesto está cautivo, por lo que el Gobierno está obligado a revisar sus prioridades políticas y controlar de manera eficaz las prestaciones sociales".

A juicio de Arturo Gil es necesario revisar todos los mecanismos de concesión de las prestaciones sociales, aunque precisó que esto no significa cuestionar su esencia, sino la gestión. Aseguró que la reducción del déficit sólo puede producirse frenando sustancialmente el gasto público "ya que en el capítulo de ingresos no es posible seguir aumentando la presión fiscal".

Asimismo, pide un control "rigurosísimo" de la ejecución del presupuesto "para evitar desviaciones como las de 1992, presupuesto que ya, desde el punto de vista macroeconómico, era malo".

Gil Pérez-Andújar destaca que el control del gasto requiere un amplio programa de privatizaciones "con el objetivo no de tapar agujeros, sino de implantar un sistema productivo moderno y competitivo".

Según cifras de la CEOE comentadas por su vicepresidente, el déficit del conjunto de las administraciones públicas alcanzará a finales de este año el 5% del Producto Interior Bruto (PIB), un punto por encima de la previsión del Gobierno en el programa de convergencia. Por ello, para lograr los compromisos de Maastricht "será necesaria una reducción anual de más de un punto en relación con el PIB".

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