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La Bolsa se toma un respiro tras asimilar el IPC, pero los analistas creen que no ha tocado fondo

La Bolsa ha frenado su tendencia a la baja ante las explicaciones de los distintos agentes sociales para justificar un incremento del IPC que, en principio, no se tomó en serio. El índice de la Bolsa de Madrid registró ayer su primer avance tras sesiones consecutivas con pérdidas, aunque los 2,09 puntos que gana el índice ponen de manifiesto que el argumento de que el IPC de julio se debe al debilitamiento excesivo de la actividad económica es el que más puntos ha obtenido. El comportamiento positivo de los mercados europeos en esta jornada contribuyó decisivamente a este avance.

Los analistas no consideran, sin embargo, que la tendencia a la baja haya terminado a pesar del increíble dato de inflación de julio. El encarecimiento del precio del dinero ha obligado a una revisión de las perspectivas empresariales en función de las mayores cargas financieras que deberán soportar en los próximos meses, y ello a pesar de que se baraja la hipótesis de un estancamiento de los tipos de interés, al menos de los que paga el Tesoro público.El vencimiento de letras del Tesoro a finales de este mes va a suponer un pulso entre el emisor y las entidades de crédito, aunque el primer asalto lo ha ganado el Tesoro. En la última subasta de letras se adjudicó una cifra muy bajá, lo que provocó una búsqueda frenética de activos de cualquier tipo por parte de los poseedores de dinero.

Se espera que este aviso sea tenido en cuenta en la próxima subasta, ya que quien se quede fuera puede encontrarse con un dinero ocioso en unos momentos en los que se exige la máxima rentabilidad en cualquier circunstancia.

La inversión extranjera es la que ha provocado el último chaparrón vendedor. Hay que remontarse al no danés a Maastricht para comprender la postura de estos inversores. En aquel momento en que se cuestionó un determinado modelo de Europa, España pasó de ser considerado parte de un todo -con sus ventajas e inconvenientes- a un simple caso particular. Fuera del contexto europeo, la situación española no resiste ningún análisis, sobre todo por la evolución del déficit público y la resistencia de algunas variables a someterse a las directrices de un Estado manirroto.

Dependencia

En este punto, hay que señalar que la inflación de julio cambia bastante algunas cosas. Sin embargo, el inversor extranjero ha optado por abandonar sus posiciones en España, sean en renta fija o variable, y ha puesto de manifiesto otra vez la excesiva dependencia hay quien prefiere llamarlo integración de los mercados financleros españoles del dinero ajeno. La situación es, por tanto, muy complicada, ya que el Estado va a tener algunos problemas para colocar sus emisiones -por más que vaya a aumentar su grado de liquidez lanzando letras a seis meses- y la renta variable no resulta atractiva en tanto el nivel de precios no llegue a un punto realmente barato, algo que los analistas sitúan en tomo al 180%, es decir, un 10% por debajo del nivel actual.

La Bolsa ha perdido un 15,7% desde el inicio del ejercicio, algo perfectamente comprensible ante la evolución de la economía, de los tipos de interés y la situación de algunas sociedades. Las letras del Tesoro empezaron el año en el 12,036% y en la segunda subasta se situaron en el 11,912%, casi tres cuartos de punto por debajo del nivel actual, mientras que en los certificados del Banco de España -que marcan el preció de referencia- comenzaron en el 12,5%.

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