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Las autoridades chinas ponen a la venta más boletos para adquirir acciones ante la presión popular

Las autoridades de la Bolsa de Shenzhen comenzaron ayer la distribución de otros cinco millones de boletos de lotería para la adquisión de acciones tras los incidentes que han sacudido la ciudad china desde el fin de semana y que llevaron a la suspensión de las cotizaciones ayer martes. El Gobierno chino se reunió ayer urgentemente en Pekín para estudiar medidas que contribuyan a solucionar la intranquilidad producida por estos experimentos de capitalismo.

Decenas de miles de manifestantes protestaban desde el fin de semana por el insuficiente número de opciones puestas a la venta (cinco millones) y por la supuesta corrupción en la organización de la misma. Los nuevos boletos se están vendiendo en las mismas oficinas (unas 300) en las que se distribuyó la emisión anterior.Los aspirantes a convertirse en accionistas, que ayer ya habían comenzado a formar gigantescas colas en varios puntos alrededor de Shenzhen, se mantuvieron e n calma y no reprodujeron los incidentes del lunes. Sólo uno de cada diez cupones, que cuestan 100 yuans (unas 1.800 pesetas), permitirá a su propietario adquirir acciones el próximo año.

En un intento de reducir las colas y ante la imposibilidad de imprimir cinco millones de cupones en una noche, las autoridades han optado por vender tickets múltiples, que contienen cada uno diez cupones. Cada ticket cuesta 1.000 yuans (unas 18.000 pesetas), el sueldo de varios meses de un chino, y para comprarlo hay que presentar diez documentos de identidad.

La reunión de emergencia del Gobierno chino demuestra la seriedad con la que Pekín juzga los disturbios de Shenzhen, los más graves en la breve historia del capitalismo en China. La introducción de mercados de valores de corte occidental es el aspecto más desafiante del programa de reformas del máximo dirigente chino, Deng Xiaoping, y cuenta con la total oposición del ala dura del Partido Comunista Chino. Shenzen, una ciudad industrial surgida de los arrozales en una década, es el campo de pruebas de la reforma de Xiaoping.

La prensa oficial china en Pekín culpó ayer a una "exigüa minoría" de los incidentes, en lo que algunos analistas interpretan como un intento del Gobierno de mantener la propia existencia de las bolsas chinas fuera de cualquier duda., Lacontinuidad del mercado de valores de Shenzhen no se cuestiona, según las mismas fuentes. La suspensión temporal de las operaciones ayer tiene un carácter limitado, según las autoridades bursátiles, que aseguraron que hoy se reiniciarían las actividades. En la otra bolsa china, Shanghai, el precio de las acciones destinadas a ciudadanos chinos descendió ayer más de un 11%.

Las reformas económicas chinas son el blanco favorito de los ataques de los halcones del Partido Comunista y se han convertido en la cuestión central del congreso del partido que se celebrará a finales de este año. Un recalentamiento de la economía o la aparición de brotes inflacionistas supondría abrir la veda para desacreditar el programa económico de Xiaoping.

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