Un fontanero experto en escondrijos
A.I./F.M. El eventual elenco de sucesores de Pakito queda muy reducido tras la detención de ayer. Los candidatos van desde José Luis Urrusolo, exjefe del comando itinerante; Felipe San Epifanio, Pipe, ex tesorero de la banda; Julián Atxurra, Pototo, y FélIX Alberto López de la Calle, Mobutu. No obstante, los expertos antiterrorista estiman que ninguno tiene el carisma suficiente para heredar tales responsabilidades y sitúan el timón de ETA en elementos situados en el seno del brazo político de la organización (KAS, HB).
Txapu nació en Gernika (Vizcaya) hace 40 años. La policía le identifica como militante de ETA en 1972, y un año más tarde se refugia en Bélgica al haber sido detenidos sus compañeros de comando. De ese país se traslada al suroeste francés, donde ha residido la mayor parte del tiempo. Sin embargo, a partir de 1985, fecha en la que obtiene el estatuto de refugiado político, se le asigna la responsabilidad de buscar infraestructura de refugio en otras zonas de Francia. Habilitó en Bretaña, Burdeos y París varias casas de seguridad. En dos ocasiones a lo largo de este año, a raíz de las detenciones de Sabino Euba, Pelopintxo, y José Luis Ansola Larrañaga, Peio el Viejo, el etarra Txapu ha logrado huir del cerco policial.
Sus conocimientos de fontanería, su profesión antes de huir de España, le han permitido especializarse en la construcción de zulos. Las técnicas para la realización de ese tipo de escondites las aprendió con los Montoneros en Argentina y con los Tupamaros en Uruguay.
La policía sospecha que Txapu, apodo que le viene de chapuzas, puede ser uno de los hombres de la organización que ha colaborado en la construcción de los zulos en los que ETA tiene escondido su arsenal de armas y su fábrica de explosivos. La localización de los zulos de ETA es actualmente una de las preocupaciones de los servicios de información franceses y españoles dedicados a combatir el terrorismo de ese grupo.
Txapu construyó el zulo utilizado para el atentado contra el almirante Luis Carrero Blanco en 1973. Interior le atribuye un intento de secuestro de Javier de Godó en 1985, y de un frustrado atentado contra al entonces líder de Alianza Popular, Manuel Fraga, un año más tarde.
