El 'noble arte del chiste'
He podido comer en casa y ver el programa No te rías, que es peor, del mismo modo que, en otras ocasiones, he presenciado actuaciones en otros programas del equipo de humoristas que integran dicho concurso. Sin pretender rasgarme las vestiduras, mostrarme terriblemente humillado y dolorido, cosa que tampoco es cierta, rogaría a los humoristas del citado espacio se abstuvieran de contar chistes de mariquitas, sobre todo cuando el chiste puede ser narrado poniendo a dos amigos, por ejemplo, como protagonistas.
Al señor Paco Aguilar, en especial, le rogaría, asimismo, que me explicara por qué los homosexuales somos, al menos así lo parece, tan útiles para el noble arte del chiste, que puede convertirse en aburrido y vejatorio si se incurre siempre en los mismos tópicos.
Creo, humildemente, que este tipo de chistes y su expansión por los medios de comunicación no favorece un clima de respeto, del que estamos tan faltos, nosotros, los maricas, los engendros sexuales de la naturaleza.-
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