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González respalda las tesis del vicepresidente del Gobierno

Luis R. Aizpeolea

A lo largo de 1992, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, ha elaborado un discurso político, nuevo en la trayectoria del PSOE, que ha contado con el respaldo de Felipe González, según aseguran fuentes gubernamentales. Serra, en su discreto estilo tradicional, ha aprovechado sus escasas intervenciones públicas -especialmente cinco de ellas, desde noviembre a julio- para exponer un "cuerpo político", animado por el presidente del Gobierno, que un sector del PSOE califica de "renovador". Secretarios regionales del PSOE, adscritos a la renovación, aseguran que "Serra cuenta con toda la confianza de González".Las intervenciones de Serra se han ido convirtiendo, en una especie de punta de lanza de las posiciones renovadoras socialistas, amparadas en las resoluciones del último Congreso del PSOE, según medios gubernamentales. Serra ha manifestado reiteradamente que la caída del muro de Berlín y de los regímenes comunistas han cambiado el concepto de la izquierda y el papel de lo público. También suele decir que España ha cambiado en la última década y que más de la mitad de los españoles se cree clase media, lo que empuja al PSOE a elaborar una política nueva y abandonar los planteamientos "de clase".

Su última intervención pública, la que origina la polémica, fue el pasado domingo, día 19, en Barcelona, en la clausura de los cursos de verano del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Su discurso fue ideológico y partidista. Reiteró la idea de que el PSOE tiene que abandonar la utopía y los planteamientos "de clase" y abogó por una renovación del partido, por un acercamiento a la sociedad, acorde con una situación política más compleja, tras la crisis de la izquierda y de lo público. Pero Serra ha tenido otras cuatro intervenciones públicas en las que ha marcado la línea del Gobierno y del PSOE.

Su primera importante intervención política fue en noviembre del año pasado, con motivo de la asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias, en Zaragoza, donde situó como nueva prioridad la descentralización de competencias de las autonomías a los ayuntamientos y admitió que los municipios habían quedado relegados por la urgencia política de la construcción autonómica. Éste será uno de los ejes del debate político al regreso del verano.

A finales de abril, en Salamanca, aprovechando unas jornadas de debate sobre la estructura del Estado, se define a favor de un modelo federal para España y critica la ambición nacionalista vasca y catalana de saltarse los estados en la construcción europea, así como el proyecto de administración única, propuesto por el presidente de la Xunta gallega, Manuel Fraga, por su "carácter inconstitucional". Fue la primera respuesta del Gobierno a la posición de Fraga.

En mayo, en sendas conferencias en la localidad suiza de Sant Gallen y en Valencia, avanza la idea de que "el plan de convergencia económica no nos lo impone Europa, sino que nos conviene a los espanoles". Señala como prioridades gubernamentales las infraestructuras y la educación.

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