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La leyenda de Yuca Prazina

El jefe de las milicias especiales bosnias afirma que no necesita ayuda de fuerzas extranjeras

F. R. ENVIADO ESPECIAL, Yusuf Prazina, Yuca, es desde el jueves el nuevo jefe de las unidades especiales de las Fuerzas Armadas de Bosnia-Herzegovina. La presidencia de la República le ha nombrado miembro del Estado Mayor conjunto del que ya formaban parte los ministros de Defensa e Interior y el jefe de la Defensa Territorial. La noticia no tendría mayor trascendencia si no fuera por la rocambolesca biografía del personaje. En tres meses de guerra se ha configurado toda una leyenda a su alrededor. Se ha escrito que sus hombres actúan por su cuenta, al margen del Gobierno de Bosnia-Herzegovina, y que son proclives a cometer excesos de los que no dan cuenta a nadie.

Una especialidad suya es el robo de vehículos a periodistas extranjeros. El enviado del diario italiano La Repubblica fue una de sus víctimas recientes. El automóvil estaba estacionado ante la sede de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) cuando observó que cuatro individuos armados intentaban ponerlo en marcha. Como respuesta únicamente recibió la amenaza de las armas y la frase: "Tú no lo necesitas, y nosotros tenemos que trasladar a nuestros heridos". La intervención de dos soldados franceses de la ONU sólo sirvió para que también fueran encañonados. Días después, el desafortunado periodista pudo comprobar la existencia en Sarajevo de un impresionante parque móvil de vehículos robados en poder del grupo de Yuca.Yuca tiene 29 años, seis de los cuales los pasó en prisión acusado de contrabando y otros delitos. Antes de comenzar la guerra era conocido en Sarajevo como el jefe de una banda de pequeños delincuentes.

Cuando se le pregunta por su pasado se limita a decir que dirigía una agencia de detectives. En el edificio que albergaba una guardería, no lejos de la sede de la presidencia los hombres de Yuca han instalado su cuartel general, fuertemente protegido con sacos terreros. Por el interior pulula un sinfin de individuos con uniforme negro, distintivo de milicija (policía) y armados con fusiles Kaláshiiikov y pistolas.

Perfecto desorden

Su despacho es una pequeña habitación en perfecto desorden con una pequeña mesa, unas cuantas sillas, una cama y unas estanterías en las que hay una variedad de productos: proyectiles de diversos calibres, alimentos, botellas de whisky, tabaco... Mientras dura el encuentro con este enviado, uno de sus guardaespaldas permanece junto a la puerta y otro miembro de la banda de Yuca trabaja en la reparación de un televisor.

Yuca contesta a las preguntas mientras hojea y comenta junto a otro de sus camaradas un álbum de fotografías de su infancia y juventud. Viste una camiseta negra, pantalones de chandal del mismo color y zapatillas de deporte blancas.

Delgado, poco agraciado físicamente y de mirada ingenua, camina con la ayuda de dos grandes muletas de madera. Salta a la vista que su cuerpo está severamente magullado, incluido su rostro.

Mientras enseña las consecuencias de la explosión de una granada en un brazo dice: "He resultado herido varias veces porque siempre he estado en la primera línea del frente. Mis hombres van siempre detrás de mi, nunca delante".

Se presenta con estas palabras: "No quiero ser ningún héroe. Pero si no estuviera aquí, la situación en Sarajevo sería mucho peor. No tendríamos una sola porción de territorio libre".

"Nuestras fuerzas, junto a las de la Defensa Territorial", continúa, "podrían liberar Sarajevo si tuvieran las suficientes armas y munición. Este es el gran problema. Tenemos muchos voluntarios. No necesitamos ninguna intervención extranjera. Tan sólo armas".

Yuca asegura tener bajo su mando a 5.000 hombres armados en Sarajevo y otros puntos de Bosnia-Herzegovina como Mostar y Zenica. "La mitad musulmanes, el 30% serbios y el 20% croatas". Explica que el entrenamiento militar de la mayoría de sus compañeros proviene de la dedicación a la caza antes de la guerra, afición muy extendida entre los habitantes de la antigua Yugoslavia.

Del futuro de la guerra no quiere dar detalles, pero anuncia "acciones importantes para los próximos días", que están a la espera del regreso de Helsinki del presidente Alia Izetbegovic. "Quédese unas semanas y presenciará grandes cosas en Sarajevo", concluye.

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