Cuba debate la reforma de la Constitución en pleno caos económico
El presidente cubano, Fidel Castro, presidió ayer la primera sesión de la XI reunión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que debatirá durante dos días un proyecto de reforma constitucional realizado a propuesta del IV Congreso del Partido Comunista. La reunión del Parlamento cubano coincide con un agravamiento de la crisis económica, traducido en los últimos días en un aumento de las restricciones, la escasez de alimentos, la generalización de los apagones, y la movilización de decenas de miles de personas hacia campamentos agrícolas.
El presidente del Parlamento, Juan Escalona, pronunció un discurso en el que resumió los cambios constitucionales propuestos y aclaró lo que se podía esperar de esta reforma. "El enemigo, que no se llame a engaño. No encontrarán en este texto nada que signifique retroceso, nada de vuelta al pasado, porque no admitimos presiones, ni nos intimidan sus amenazas", dijo Escalona.
El presidente de la Asamblea Nacional, calificó el actual periodo como el "más difícil de la historia de Cuba", y afirmó que no renunciarán "al objetivo de construir la sociedad comunista", señalando que el Estado utilizará "incluso la lucha armada", para combatir cualquier intento de eliminar el régimen socialista.
Sólo unos minutos antes del comienzo de la reunión, el primer secretario del Partido Comunista en Ciudad de La Habana, Jorge Lezcano, habló con este diario sobre el agravamiento de las restricciones experimentado en los últimos días. "No es algo coyuntural, no es algo pasajero", dijo el dirigente, y explicó que las nuevas medidas restrictivas son el resultado de la crisis que la caída de la ex Unión Soviética y el campo socialista ha provocado en la isla.
Cortes de electricidad
Lezcano afirmó que los cortes de electricidad, que se producen diariamente en La Habana desde la última semana, continuarán. "Creemos que en el caso de la capital, los apagones serán de cuatro a ocho horas diarias durante un tiempo indefinido". En algunas ciudades orientales los apagones han superado las 15 horas diarias.La pésima situación del transporte en La Habana ha obligado a las autoridades locales a tomar una serie de medidas de emergencia para enfrentar la crisis.
Baste decir que de un parque de 1.600 autobuses, en estos momentos sólo 750 dan servicio a una ciudad de dos millones de habitantes. La causa es la falta de combustible y sobre todo la escasez de piezas de repuesto para los autobuses húngaros Ikarus, que ahora Cuba tiene que comprar en dólares.
Lezcano reconoció esta situación, y anunció un plan de emergencia que prevé el uso de camiones para transportar pasajeros, la presencia de más mecánicos en los talleres de las terminales, así como "asignar divisas" para adquirir baterías para los 100 autobuses parados por esta causa.
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