La Bolsa de Tokio cae hasta el nivel más bajo desde el año 1986

El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio, calculado sobre los 225 valores más activos del mercado, descendió ayer por segundo día consecutivo, con una pérdida de 400 yenes, y se situó en 16.045 puntos, el nivel más bajo desde octubre de 1986. Los operadores piensan que el mercado bursátil necesita con urgencia el anuncio de nuevas medidas gubernamentales para reanudar el ritmo perdido en el crecimiento económico y, animar los corros.

La actividad compradora ha sufrido serios frenazos y es de esperar que el yen se deprecie más respecto al dólar, si el índice Nikkei baja más allá de los 16.000 puntos. Esta cifra representa un 60% del valor máximo alcanzado durante la efervescencia alcista de 1989.Un nuevo recorte en el tipo de interés oficial y un mayor desembolso presupuestario son dos de las medidas pedidas por los analistas para fomentar las operaciones bursátiles.

Sin embargo, el gobernador del Banco de Japón, Yasushi Miemo, ha reiterado que no se han previsto nuevos pasos para reactivar el crédito y fuentes gubernamentales subrayaron su confianza en los planes divulgados meses atrás. "No es el momento de nuevas iniciativas", declaró ayer Yuji Tanahashi, viceministro de Comercio Exterior e Industria, y agregó: "Los resultados de las medidas adoptadas posiblemente serán visibles este-verano".

Desde que el 16 de marzo se rompió la barrera de los 20.000 puntos la tendencia ha sido a la baja. El nuevo retroceso registrado en el barómetro de la Bolsa de Tokio (un 3% respecto al martes) destruye los argumentos de los expertos, que recientemente habían pronosticado una estabilización del índice, al considerar que éste había tocado fondo.

El último informe oficial sobre la previsible evolución de la economía japonesa fue pesimista y tuvo una consecuencia directa en la ya escasa negociación. La fuerte alza del dólar, que se situó en torno a los 127 yenes, y la resistencia del Gobierno a nuevas medidas de estimulación económica apuntillaron un mercado donde ahora abundan los inversores temerosos de arriesgarse con órdenes de compra.

La atonía obligó al presidente de la Bolsa de Tokio a solicitar de las autoridades financieras facilidades de actuación por parte de los inversores institucionales.