Demasiado tarde para escuchar

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, no quiere más discusiones sobre el cierre norte de la M-40. Las tres administraciones implicadas (Ayuntamiento, Comunidad y Ministerio) firmarán la semana que viene, el acuerdo definitivo del último trazado. El debate final ha durado nueve meses. Los afectados por las expropiaciones de chalés (seis) o de fincas (17) se reunieron ayer con el alcalde y el jueves irán al ministerio. Su solución, que ahorraría expropiaciones, llega demasiado tarde.

La propuesta de los vecinos de la urbanización Monreal, los principales afectados por las expropiaciones del cierre norte de la M-40, divide la carretera en dos calzadas y cede terrenos suficientes para que un sentido de la vía pase por sus fincas, aunque en falso túnel.Los vecinos sostienen que esta alternativa es más barata que la última aprobada oficialmente, porque ahorra los 3.200 millones de pesetas previstos para las expropiaciones, y más ecológica, porque durante el tramo más próximo al monte del Pardo iría tapada. La mayoría de los propietarios defienden ahora un cierre norte de la M-40 por sus fincas, cediendo gratuitamente 20 metros de terrenos a partir de la tapia del monte, si éste se realiza "recubierto para evitar la polución".

Este trazado de dos calzadas, una por estos terrenos junto a las casas y otra sobre la avenida de Valdemarín -también de 20 metros- rescata el proyecto aprobado el 16 de enero de 1990 por el entonces ministro de Obras Públicas, Javier Sáenz Cosculluela. El proyecto definitivo acordado entre las administraciones y los partidos políticos valdrá 17.000 millones de pesetas, 8.000 menos que el de Cosculluela, y pasará también en falso túnel el monte del Pardo cerca de una lengüeta próxima al hipódromo de la Zarzuela. Los vecinos calculan que la carretera sí afectará al monte en unas 40 hectáreas.

Los vecinos estiman en 80.000 metros cuadrados los terrenos edificables de la urbanización Monreal que serán expropiados con el trazado proyectado por las administraciones. Otros 150.000 metros cuadrados serán expropiados fuera de esta urbanización.

El pacto final prevé una inversión de 3.300 millones de pesetas para cubrir las expropiaciones de toda la traza (2.000 aportados por el Ayuntamiento y el resto a partes iguales entre la Comunidad y el Estado).

Los vecinos no quieren saber nada que tenga que ver con la desaparición de sus casas "de toda una vida" y, además, barajan otras cifras. Cada uno de los seis chalés situados sobre la futura carretera son valorados en casi 400 millones de pesetas y los terrenos e instalaciones que también deberían ser cubiertos por asfalto en unos 3.200 millones más. La diferencia es notable: alrededor de 2.000 millones.

El cierre de la M-40 cortará además dos calles municipales que daban servicio a otros 20 chalés. Los propietarios prometen una guerra jurídica que podría retrasar la obra hasta dos años.