Las restricciones presupuestarias dificultan la cohesión
La cohesión económica y social acordada en la cumbre de Maastricht entra en contradicción con el ajuste de las economías para la moneda única, según el informe del Comité Monetario de la CE. El debate sobre las perspectivas financieras de la Comunidad para el período 1993-97 constituyó, junto al pograma de convergencia español, el plato fuerte de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la CE celebrado ayer en Luxemburgo.El mensaje subliminal del informe del Comité Monetario es que no se puede ir tan lejos en el esfuerzo de solidaridad para con los países pobres en un momento en que la prioridad de los Doce es la disciplina presupuestaria. La propia Comunidad debe seguir el ejemplo. Los ministros también tenían sobre la mesa el análisis del Tribunal de Cuentas de la CE en el que se lanzan duras críticas sobre la eficacia en la gestión de los fóndos y en la política agrícola.
La discusión volvió a reflejar la división entre los ocho países contribuyentes netos y los cuatro beneficiarios: España, Portugal, Irlanda y Grecia. El representante alemán, Horst Kohler, fue quien más hincapié hizo en la relación entre cohesión y convergencia. El secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, manifestó que el programa de convergencia es necesario "incluso aunque no existiese la unión económica". "El fondo de cohesión", dijo, "no constituye una pieza esencial para el desarollo del programa". Por su parte, Solchaga matizó que "estos fondos son importantes para mejorar infraestructuras y, por tanto, la competitividad de las empresas".
El informe del Comité Monetario expresa la satisfacción por la condicionalidad al cumplimiento de los criterios de convergencia para poder beneficiarse de ese nuevo fondo, reservado exclusivamente para España, Portugal, Irlanda y Grecia. Quien no cumpla las medidas de ajuste, viene a decir, tendrá vetado su acceso a esa financiación comunitaria.
El Comité Monetario, en un reflejo de la diferencia de intereses de los Doce, pone el acento en que existen márgenes de ahorro en otras políticas (especialmente los gastos agrarios) para poder aumentar los recursos para ayudas regionales. Aunque no se pronuncia en contra de la propuesta del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, de aumentar los recursos de la CE del 1,2% al 1,37% del PIB de los Doce, destaca que "varios países se oponen a ello". No entra a valorar si los restos asumidos en Maastricht pueden lograrse sin aumentar el presupuesto. Recomienda además que se estudie con detalle "la capacidad de absorción de cada Estado miembro" del aumento de ayudas de la CE.
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