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119 millones de pesetas, 'perdidos' desde febrero en la burocracia de la Comunidad de Madrid

Gabriela Cañas

Obras Públicas envió en febrero a la Comunidad de Madrid 119 millones de pesetas para que ésta, a su vez, se los entregase a la empresa Ulibarri, SA, dedicada al recielamiento de aceite mineral tóxico. Pero el dinero de la subvención sigue perdido en la maquinaria burocrática de la joven Administración autónoma, lo que no facilita las cosas a Ulibarri, que está en suspensión de pagos y es una de las pocas en España que recicla estos residuos.

La difícil situación de Ulibarri, cuya factoría está situada en Arganda del Rey, obliga a sus directivos a preguntar todos los días por la llegada de la esperada subvención, que debe ser depositada en el Juzgado de Primera Instancia número 1. "Los formalidades son ahora mayores que antes", se queja Rafael Rivero, secretario general de la empresa.En el juzgado, sin embargo, sóllo hay una carta de la Agencia del Medio Ambiente de la Comunidad -entidad dirigida por Luis Maestre- que, con fecha del 10 de marzo, reconocía la deuda de 119 millones contraída con Ulibarri. Un reconocimiento hecho cuando el dinero ya había sido transferido a las arcas autonómicas desde el ministerio con fecha 26 de febrero. En la Tesorería de Hacienda de la Comunidad aseguran que los 119 millones han sido entregados ya a Uliborri (a la cuenta controlada por la intervención judicial, dada la situación legal de la empresa), pero la empresa de Arganda sigUe sin recibir el dinero, como ayer confirmó el interventor judicial Joaquín Lluch Rovira.

Los 119 millones corresponden a la subvención que el Estado concede a Ulibarri por su actividad de reciclamiento del aceite mineral usado durante el año 1991. Dicha subvención viene descendiendo año tras año. Precisamente el pasado 26 de mayo publicó el Boletín Oficial del Estado la orden que regula este tipo de subvenciones durante 1992 y que rebaja considerablemente la cuantía. Mientras que en 1991 se estableció una subvención de 24 pesetas por cada kilo de aceite regenerado, para este año se fija en 14 pesetas.

Un lago de residuos

La misma orden de mayo fija una subvención de cinco pesetas por cada kilo de aceite recuperado para la combustión y de 4,50 por cada kilo de aceite almacenado, analizado y clasificado en centros de transferencia. Desde abril pasado está funcionando en Madrid la planta de Valdebebas, de la empresa estatal Erngrisa, que es un centro de transferencia. Dirige Erngrisa Carlos Martínez, ex director del Área de Gestión de la Agencia del Medio Ambiente de la Comunidad."Nuestra tarea es la de controlar y analizar los aceites usados", explica Carlos Martínez, "y eso sólo se puede hacer con todos los beneplácitos de la Adrainistración. Sólo una gestión así puede hallar partidas inconfesables". Enigrisa fue la empresa que detectó recientemente una cisterna (26.000 kilos) de aceite tóxico procedente del recogedor oficial Sagrario Cano y cuyo paradero está investigando la Agencia del Medio Ambiente (AMA) (véase EL PAIS de ayer).

Esta misma empresa está trabajando ahora en el tratamiento del suelo contaminado por los residuos generados por Ulibarri. 12.stos, según un portavoz ecologista, han formado una laguna de aceite tóxico de 50 metros de diámetro por 15 de profundidad junto a una gravera de Arganda del Rey. Esa especie de laguna de desechos está formada, según el cálculo ecologista, por 300.000 toneladas de residuo. "Primero tendremos que analizar si ese residuo es tóxico o no; después, hacer un tratamiento del terreno", dijo ayer Andrés Sánchez, jefe de servicios de disciplina ambiental de la AMA, que no precisó lacantidad de kilos que hay en dicha fosa. Según Ulibarri, se trata de residuo inertizado, no tóxico, acumulado durante años; y los trabajos realizados con Erngrisa servirán para hacer un tratamiento adecuado del terreno. "Nosotros sólo intentamos aplicar una nueva tecnología francesa para ver si sirve", dice Carlos Martínez. "El tratamiento lo tendrá que pagar después Ulibarri".

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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