_
_
_
_
LA LIGA SE DECIDE EN LA ÚLTIMA JORNADA

Historias con maletín

Escasos son los casos probados sobre primas a terceros

El apretado final de la Liga ha desenterrado la sospecha de los maletines viajeros y las suspicacias de las primas a terceros. Estos estímulos monetarios, tanto por perder como por ganar, están prohibidos por la Federación y castigados en su reglamento, pero no son barreras suficientes cuando en juego están el título de campeón o la pérdida de la categoría. El Tenerife se ha convertido, en juez de esta Liga. Su triunfo puede dar el título al Barcelona (53 puntos) y arrebatárselo al Real Madrid (54). Las especulaciones no han dejado de circular a lo largo de la semana.

Más información
La bolsa de Sonia Bruno

Dirigentes de clubes y jugadores saben, o han oído, que las primas a terceros están prohibidas por la Federación. El artículo 416 del reglamento establece que la entrega o promesa de cantidades en efectivo o compensaciones evaluables en dinero por parte de un tercero, como estímulo para la obtención de un resultado positivo, y su aceptación o recepción, se sancionará con suspensión de cuatro meses a las personas que hubieran sido responsables y se impondrá a los clubes implicados multa accesoria del triple al déclupo de lo entregado o prometido, y a los receptores, individualmente, del triple al déclupo de la cantidad que a cada uno de ellos le hubiese correspondido percibir de la total acordada, decretándose, además, el decomiso de áquella".Probarlo no es tan fácil. El Comité de Competición no cuenta con servicios policiales y sólo ha podido sancionar tres casos, cuyos castigos fueron después anulados por instancias superiores. Además, las sanciones resultan a la postre rentables si se comparan con los beneficios de un título o de la permanencia en la categoría superior.

El Rayo Vallecano y el Celta de Vigo se jugaron el descenso en la última jornada de la Liga de Primera División en 1979. El Rayo ganó en Las Palmas. Hacía dos años que no obtenía un triunfo fuera de Vallecas. Cuentan que en este partido, Morete, un jugador argentino del equipo canario, se dirigió a otro del Rayo, Tanco. "¿Cuál es el resultado del Celta-Atlético?", le preguntó. "Están empatados", respondió Tanco. "¿Con ese resultado os salváis"?, replicó Morete. El Celta descendió al empatar en Vigo con el Atlético.

El Rayo repitió protagonismo a la temporada siguiente, aunque con una variante: esta vez ofreció primas a terceros por ganar, no por perder. El desenlace fue curioso. El entonces presidente del club, Francisco Encinas, reconoció ante el Comité de Competición la existencia de una oferta de 300.000 pesetas a cada jugador del Sevilla si ganaba al Hércules de Alicante. Blanco, entonces jugador del Sevilla, indicó que una persona le entregó un talón bancario conformado al portador que se haría efectivo si obtenían la victoria y el Rayo permanecía en Primera División. El Sevilla ganó, pero el Rayo descendió, por lo que el talón fue devuelto a un determinado apartado de Correos de Madrid como acordaron previamente. Idéntico ofrecimiento fue repetido otra jornada al Málaga, también si ganaba al Hércules, pero se repitió la historia: el que no venció fue el Rayo, que descendió y fue multado, además, con 2.250.000 pesetas por tentativa de primar a terceros.

Esa misma temporada, el entonces presidente del Salamanca, José Luis Paniagua, fue inhabilitado a perpetuidad después de que se comprobara que compró al Málaga por 4.400.000 pesetas el partido que los. dos equipos jugaron en el campo del conjunto andaluz. Las irregularidades del Rayo y del Salamanca, junto con las del Real Madrid, que se exponen aparte, fueron las únicas que el Comité de Competición consideró probadas.

Pero rara es la temporada que no se repite la historia. El Comité de Competición archivó en 1983 el presunto pago de 3.600.000 pesetas del Valencia al Valladolid por ganar en su campo al Celta por 3-0, con lo que el equipo valencianista siguió en Primera. No pudo probar si Fortes, entonces jugador del Valladolid, recibió ese dinero en un hotel madrileño. La prueba hubiera supuesto el descenso del Valencia por sanción.

El capítulo más curioso sucedió en un Cádiz-Betis en 1986. Los dirigentes bétidos, cuyo equipo no se jugaba nada, ofrecieron a sus jugadores más dinero por el empate (100.000 pesetas) que por la victoria (90.000). Pero los béticos recibieron otra oferta de 10 millones de pesetas del Valencia si ganaban al Cádiz. Los jugadores se enfrentaron por las dos ofertas y al final no aceptaron ninguna. El Betis empató, el Cádiz se aseguró la permanencia y el Valencia descendió.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_