La Expo siguió con su fiesta

El paro de seis horas convocado en la Expo 92 no tuvo ninguna repercusión en el funcionamiento del recinto. Menos del 10% de los 17.000 trabajadores secundó la convocatoria, según la Sociedad Estatal, mientras que, según los sindicatos, fue apoyada por el 70%. Un piquete informativo de unas 200 personas increpó a los numerosos trabajadores incorporados a sus puestos con normalidad. Algunos pabellones, por precaución, mantuvieron las puertas cerradas aunque permitían el acceso al público.

Responsables de la Expo se mostraron eufóricos al término de la jornada de paro, al comprobar que la inmensa mayoría de los trabajadores acudió como todos los días a sus puestos. Los directivos de la Sociedad Estatal, que desde las cinco de la madrugada permanecían en La Cartuja, se mostraron satisfechos con el desarrollo de la jornada y del pacto alcanzado con los sindicatos: "Haber conseguido que las puertas estuvieran abiertas ha sido un éxito, porque así han podido entrar la mayoría de los trabajadores", comentó una fuente. [El presidente de la Sociedad Estatal, Jacinto Pellón, que llegó a su despacho a las 7.40, calificó la jornada de paro de "un éxito para las dos partes", informa Efe].La Sociedad Estatal controló minuto a minuto las incidencias del recinto. Los cuadros directivos de la muestra siguieron desde el Centro de Control y a través de las cámaras de televisión instaladas por toda la isla las acciones de los piquetes informativos.

La Expo abrió al público a su hora habitual (las nueve y funcionó con normalidad desde las once, aunque hasta mediodía sólo se pudo acceder por tres de las cinco puertas. En cualquier caso, la afluencia de visitantes fue menor a la de otros días.

La gran mayoría de los pabellones internacionales abrió sus puertas, aunque con discreción. Aparentemente los edificios parecían cerrados y las azafatas y personal de servicio se quitaban de la vista al paso del piquete, si bien no había problemas de acceso a los visitantes. Tres pabellones -Comité Olímpico Internacional, Portugal y Dinamarca- advirtieron que permanecerían cerrados hasta las 12 del mediodía, mientras que los de Cantabria, País Vasco y Madrid abrieron a las 11.

El piquete se manifestó por el recinto, bajo vigilancia policial, increpando al personal de tiendas y cafeterías abiertos.

Los servicios mínimos pactados en limpieza y mantenimiento aseguraron el funcionamiento de La Cartuja. Los restaurantes del recinto no tuvieron problemas de abastecimiento, ya que los suministros se habían garantizado en días precedentes.

Fuentes sindicales denunciaron el incumplimiento de los servicios mínimos pactados por parte de la Expo, así como la entrega masiva de distintivos especiales para las personas que debían atender estos servicios a otros trabajadores. Esta versión fue desmentida por la Expo.