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Un bombardeo serbio causa una matanza de civiles en el centro de Sarajevo

El centro de Sarajevo ofrecía ayer una de las imágenes más dantescas de los dos meses que dura la guerra en Bosnia-Herzegovina. Tres proyectiles de mortero disparados desde las colinas de Trebevic, controladas por el Ejército yugoslavo y las milicias serbias, cayeron en la calle peatonal de Vase Miskina. Al menos 16 muertos y más de 150 heridos es el resultado del brutal ataque contra la población civil. Los residentes del centro de la capital bosnia habían aprovechado la tregua matutina para salir de los sótanos y comprar pan, único alimento que se fabrica en Sarajevo.

La mayoría de las víctimas, entre ellas un niño de seis meses, murieron cuando hacían cola para comprar pan. Los médicos del hospital ortopédico debieron proceder durante la jornada a la amputación de miembros de una veintena de heridos, según explicó el médico Mihajlo Milosavljevic. La sangre y los cuerpos despedazados cubrían el antiguo mercado de Sarajevo, donde ya no se vende nada.Las autoridades bosnias acusaron a la tropas serbias de haber disparado adrede desde las montañas, provocando la matanza de la población civil. Momcilo Krajisnik, presidente del Parlamento serbio en Bosnia, negó la implicación de las tropas serbias. NedIjeko Boskovic, general del Ejército del Aire, encargado por Belgrado para negociar la evacuación de los soldados y cadetes bloquea dos en los cuarteles de Sarajevo, se mostró consternado ante la tragedia, y precisó que no podía entender quién fue el monstruo capaz de disparar contra la gente que hacía cola para comprar pan.

"Si ha disparado alguien del Ejército serbio, bajo el coman do del general Mladic, sostuvo Boskovic, "se debe descubrir y condenar". Y añadió que entre la Defensa Territorial bosnia existían varios grupos irregulares, fuera de cualquier control.

Muertos por hambre

En vísperas de la tragedia, Andréi Kózirev, ministro de Exteriores ruso, había conseguido que las partes beligerantes en Bosnia firmasen un alto el fuego y acordaran el desbloqueo del aeropuerto para facilitar el transporte de la ayuda humanitaria a la ciudad, donde se han registrado ya los primeros muertos por hambre. La tregua duró poco. Las luchas callejeras retomaron su intensidad en los diferentes barrios, y por la tarde se intensificó el combate con los morteros. Éstos alcanzaron hasta la sección de la maternidad de un hospital, incendiando tres plantas.

El barrio de Dobinja lleva más de 40 días asediado, sin luz y agua. La gente comenzó a quemar el parqué de las casas para cocer los pocos alimentos de las despensas. El general Boskovic advirtió del peligro de que el cólera se extendiera por Sarajevo. El desbloqueo del aeropuerto no se ha producido. Se han registrado combates en sus alrededores. La parte serbia consiente en desbloquear el aeropuerto para la ayuda humanitaria, siempre que sus milicianos controlen el edificio y las instalaciones.

Los llamamientos desesperados para la ayuda humanitaria proceden, de diferentes partes de Bosnia. El guardián del convento franciscano en Ajce (Bosnia occidental) afirmó que la ciudad lleva más de tres meses bloqueada por las tropas serbias y la población ya no tiene qué comer. Mientras tanto, el Comité Internacional de la Cruz Roja decidió ayer abandonar inmediatamente Bosnia-Herzegovina en la que la situación humanitaria es "intolerable", declaró ayer en Ginebra Pau-Henri Morand, portavoz de la organización.

Mostar, ciudad al sur de Sarajevo, sufre bombardeos diarios. Las fuerzas serbias no esconden su intención de dividirla en dos, sobre el río Neretva, y crece el temor de que Mostar sea convertida en la nueva Vukovar. El Ejército yugoslavo retiró sus tropas de la región de Dubrovnik, acabando así con el asedio de siete meses. La población celebró la noticia durante toda la noche. Las Fuerzas Armadas se retiraron a los confines entre Bosnia-Herzegovina y Croacia, en algunas partes a sólo medio kilómetro de Dubrovnik.

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