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Tribuna
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Krugman y la paradoja

La aparición de una riqueza repentina en los mercados financieros es uno de los grandes espectáculos de la época. Descifrar su esencia ayuda a entender la economía de hoy: ¿de dónde viene la riqueza?, ¿por qué se concentra en pocas manos? y ¿por qué esto sucede de nuevo cuando parecía extinguido el estallido de liquidez que inundó la pasada década?, se pregunta Paul Krugman, exmiembro del equipo asesor del expresidente de EEUU Ronald Reagan, en su libro La era de las expectativas limitadas. El influyente economista vaticina un nuevo desplazamiento de las operaciones con recurso a la deuda financiera y asegura que la riqueza de unos pocos requiere mucho más que una redistribución aleatoria de valores. Complica especialmente su investigación pero acaba concluyendo que los cambios de manos de los patrimonios se producen cuando un comprador sabe valorar acertadamente activos industriales.Por consiguiente, la Bolsa y sus tradicionales -o sofisticados- esquemas de blindaja y asalto deciden a la postre. La reflexión de Krugman, cae en una típica paradoja del inversor medio; éste último dice así: "¡Comprad!, la liquidez es fuente de riqueza.

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