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TERCER ASALTO AL MÁXIMO TÍTULO EUROPEO

El Barça se exige ganar su primera Copa de Europa

ENVIADO ESPECIAL El Barcelona aspira a sanar hoy en Wembley, ante el Sampdoria, en la final de la Copa de Europa (20.15, La 2), la más sangrante herida de su dilatada historia. Cruyff, fiel a su estilo, medita su toque especial para el partido: la posible inclusión de Julio Salinas en el equipo titular. Gane o) pierda el Barga, sigan o no Núñez y Cruyff, que mantienen un pulso hasta el último momento, el barcelonismo vive una jornada histórica. Cerca de 25.000 aficionados azulgrana poblarán el santuario mundial del fútbol, frente a unos 30.000 italianos de la Sampdoria.

Londres ha acogido la final de la Copa de Europa con distanciamiento. Pero lejos de la metrópoli, en Hertfordshire, donde el Barcelona ha buscado la tranquilidad de los pastos para preparar la final, el ambiente es muy distinto. Allí, la generosidad de Núñez a la hora de explicar una y otra vez las razones de su explosivo anuncio de retirada coincide con la tranquilidad y optimismo con que Cruyff y sus hombres afrontan la final."El ambiente es perfecto. No tengo ninguna queja. Somos favoritos, es cierto, y me parece bien. Ser favoritos significa que el rival nos respeta. No veo por qué ha de suponer eso una presión especial. El rival saldrá al 200%. Nosotros, también. Mi trabajo es convencer a mis jugadores de que no tiene sentido ponerse nervioso. Este es un partido que hay que afrontar con alegría. No todos los días se llega a una final de la Copa de Europa. Sin nerviosismo se juega bien y, en consecuencia, se gana. Después, pasados unos años, el recuerdo es bonito", comenta Cruyff antes de fundirse en un forzado abrazo con Núñez.

La opción Julio Salinas

La plantilla tampoco se muestra parca en optimismo. Un par de rondos habían constituido todo el entrenamiento matinal. No había, pues, problema de falta de resuello. "Que ellos tienen a Vialli y a Mancini? Pues nosotros, a Nando, a Ronald, y a Hristo. ¿Qué pasa? Hemos de salir a por todas. Sin miedo, con jeta", repitió Guardiola, no sin explicar a los periodistas italianos el significado de la palabra jeta.

Cruyff también lo hizo más tarde: "Jeta es jugar como se debe, ahora y siempre". Koeman, por su parte, efectuó una lectura popular, que no populista, del asunto: "Es necesario vivir en Cataluña para saber lo que este trofeo significa para toda aquella gente. Por eso, porque se lo merecen, es nuestra obligación conseguirlo". El holandés ofreció un dato de interés: "El ambiente de esta final no tienen nada que ver con el que se vivió el año pasado en Rotterdam, contra el Manchester. Esta vez hay más ganas, más concentración, más mentalización".

El único titubeo de Cruyff se percibió frente a la pizarra. De la Sampdoria teme su poderoso juego aéreo y su feroz contrataque. Arrigo Sacchi, ex entrenador del Milan y actual seleccionador italiano de fútbol, comentó algo al respecto tras presenciar el entrenamiento matinal del Barcelona: "Es una final incierta. Son dos equipos de distinto concepto futbolístico y el miedo siempre prevalece sobre el juego en una final. El Sampdoria se aferrará a la inventiva de Vialli y Mancini para superar su instinto defensivo. Vivir, por lo tanto, del contragolpe. El Barcelona dominará el balón, pero deberá estar muy atento. Su mejor arma esta en poseer mucho hombres capaces de desequilibrar el partido, como Laudrup o Stoichkov".

Cruyff, ajeno a los comentarios de su colega, ha dudado hasta el último momento en reforzar una opción claramente ofensiva, con Julio Salinas como tercer delantero, o en apostar por el control total del centro del campo, con Guardiola como oxigenador del juego. "Tengo una duda y hasta el final no la desvelaré. Es un simple detalle, no un cambio de estilo. A estas alturas no quiero convencer a nadie, pero si durante cuatro años hemos usado el mismo sistema, no veo razón para cambiar ahora. Si meto un defensa más, pierdo un pelotero, pero el sistema siempre será el mismo", explicó ayer.

La obsesión del técnico y de toda la plantilla es sólo una: poseer siempre el balón. "Si tenemos el balón, sólo es cuestión de esperar a que llegue el gol", apuntó el técnico holandés. Ferrer, con gastroenteritis, protagonizó el único susto de la jornada previa. El defensa pasó la noche en el baño, pero hoy estará a punto para jugar.

Los papeles y los boomakers (apostadores) londinenses dan al Barcelona como favorito.

Alineaciones probables:

Sampdoria: Pagliuca, Mannini, Lanna, Vierchowood, I. Bonetti; Lombardo, Par¡, Cerezo, Katanec; Vialli y Mancini.

Barcelona: Zubizarreta, Ferrer, Nando, Koeman, Juan Carlos; Eusebio, Bakero, Witschge; Julio Salinas o Guardiola, Laudrup y Stoichkov.

Árbitro: Aron Schmidhuber (Alemania).

El tarjetero

V. J. El árbitro de la final es alemán y responde al nombre de Aron Schmidhuber. De él se sabe que nació en Ottobrun el 28 de febrero de 1947; que algún técnico del Bayern Múnich adivinó en su prodigioso físico un excepcional libre que no llegó a cuajar por un lesión de rodilla; y que hoy, 12 años después de su debú y 10 de su internacionalidad, está considerado como uno de los mejores colegiados continentales.

El palmarés que reúne es ciertamente trascendente: ha sido designado para la Eurocopa de Suecia 92 y ya participó en la fase final de la Copa del Mundo de Italia 90, en el que dirigió el partido España-Yugoslavia (1-2).

La estadística completa asegura que se trata de un árbitro equitativo, puesto que ha dirigido siete partidos a clubes españoles con el saldo de tres victorias, tres derrotas y un empate. A los italianos les ha arbitrado 10 veces: cuatro las han. ganado, cuatro empatado y dos perdido.

Pero, por encima de todo, Schmidhuber es conocido como el tarjetero, por su facilidad por mostrar la cartulina amarilla. Para ello sólo basta decir que muestra cinco tarjetas de promedio por partido.

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