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Entrevista:

"Peña aceptó dimitir, y lo demás son adornos"

Para Aznar, lo preocupante es que el 80% de los ciudadanos cree que la justicia está politizada

Carlos Yárnoz

Una de la tarde del viernes día 7, en la sede central del Partido Popular, en Madrid. Es la festividad de San Isidro, patrono de la capital, y la ciudad aparece paralizada y prácticamente desierta. José María Aznar, sin embargo, se encuentra en su despacho junto con alguno de sus colaboradores. Vestido con un elegante traje gris, desde el primer momento su rostro denota tensión.

Pregunta. Hace un mes, las encuestas, actividades o iniciativas del PP aportaban una imagen muy positiva al partido. En las tres últimas semanas, parece estar en la dinámica contraria.

Respuesta. Ni lo uno ni lo otro. Nosotros nos habíamos marcado estar a comienzos de 1992 por encima del 30% en la intención de voto. Ese es ya un hecho consolidado, que puede estar sujeto a fenómenos de aceleración o de contención. Lo que ocurre es que, siempre que se producen circunstancias difíciles ante la opinión, uno tiene que sufrir desgastes de imagen.

P. La última de esas "circunstancias difíciles" ha sido la sentencia del caso de la construcción. Una vez conocida, el PP dio la impresión de que no había preparado una estrategia ante esa hipótesis.

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R. ¿A usted le parece razonable pensar que un partido como el PP no tiene meditadas las diferentes hipótesis ante la emisión de una sentencia? Es el PP y, si se quiere pormenorizar, es el presidente del PP el que toma las decisiones que le parecen más convenientes, con el criterio de resolver un problema sin crear otro mayor. Hay algo que parece evidente: lo que legalmente es posible, a veces políticamente no es deseable... En este caso, legalmente es posible continuar en la alcaldía hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie. Pero políticamente eso no es admisible. Si yo aplicase la misma teoría que aplica Felipe González, y es que no existen responsabilidades hasta que los tribunales no han determinado firmemente que existen esas responsabilidades, yo no le hubiese pedido la dimisión al alcalde de Burgos. Que quede claro eso.

P. Es significativa esa matización que usted hace: "Es el presidente del PP" el que tiene claro desde el principio lo que hay que hacer. ¿Y el partido o la dirección del partido?

R. El viernes cité al alcalde de Burgos para el lunes en mi despacho. El dato lo conocen, además de yo mismo, otras tres personas, y considero que no deben saberlo más personas. Y el lunes, José María Peña confirma mi petición de que acepta dimitir. Lo demás son adornos. No me importa reconocer algún error. Incluso, que se me diga que he cambiado de opinión. No he cambiado de opinión, pero, si hubiera cambiado, no me importaría reconocerlo. Lo único que yo he dicho, y está grabado, es que hay que respetar las sentencias judiciales, aunque a uno le parezcan injustas. Es falso que yo declaré que no haríamos nada hasta que el Supremo decidiera.

P. El viernes día 8, usted reúne a varios miembros de la dirección del partido. ¿Tenía ya claro ese día que debía pedirle la dimisión a Peña?

R. Desde luego.

P. Se asegura que en esa reunión de dirigentes usted se quedó en minoría, si no en solitario.

R. Yo no voy a dar ninguna credibilidad a los comentarios sobre una reunión interna del partido. Yo tomé dos decisiones: convocar al alcalde, por un lado, y dejar claro que nadie iba a enterarse de mi posición concreta antes de que la conociera el interesado. Lo demás son añadidos. Si yo tengo claro que nadie va a conocer mi posición antes que el alcalde, difícilmente puedo quedarme solo en una reunión en la que no digo, al levantarla, cuál es posición final. Para mí hubiera sido más fácil decir el mismo jueves qué es lo que pienso y se acabó. Pero no es esa la manera de actuar.

P. Para que el afectado sea el primero en saberlo...

R. Sin duda.

P. Pero, desde el jueves, que es cuando se conoce la sentencia, hasta que usted recibe a Peña pasan cuatro días...

R. Empezamos a entrar en unos detalles...

P. Es que desde el PP se insiste en que el partido asumió el coste de actuar como lo hizo porque aguantaba el chaparrón hasta difundir que se pedía la dimisión. ¿No podía haberse reunido antes con Peña?

R. El coste es que la entrevista se celebra el lunes porque no puede celebrarse antes. Pero me da la sensación de que podemos llegar al absurdo. Ahora resulta que el problema no es la decisión que se ha tomado, sino en qué momento se ha tomado. Y puestos a rizar el rizo, a ver si se ha tomado de pie o sentado. Llego de Praga la tarde del jueves. El viernes por la mañana cito por teléfono al alcalde para el lunes. Admití que se asumiría un coste el sábado y el domingo...

P. ¿Por qué no se reúnen antes?

R. Porque no se puede celebrar esa reunión hasta el lunes por la tarde.

P. ¿Pero por qué?

R. Porque no es posible... Es que..., hay cuestiones que uno debe afrontar antes de una conversación definitiva.

P. Llega el lunes y el PP difunde un comunicado en el que pide la dimisión de Peña y añade que "la sentencia señala que en sus decisiones [de Peña] nunca ha habido perjuicios a terceros". Sin embargo, el mismo delito de prevaricación por el que ha sido condenado Peña ya implica que, si benefició a un constructor con decisiones injustas, otros constructores salieron perjudicados.

R. Puede interpretarse eso. Pero entraremos en un proceso en el que no voy a entrar.

P. ¿No ha echado la sentencia por tierra la política del PP sobre la corrupción?

R. Lo que me preocupa más de todo esto es que los ciudadanos perciban que hay dos varas de medir. No se valora si una sentencia es justa o injusta, sino simplemente si es lógica. Lo que me preocupa de la sentencia de Granada que exculpa a los delegados del Gobierno en Andalucía [se refiere al auto que exculpa a dirigentes del PSOE por el uso de un despacho oficial por parte de Juan Guerra] es que haya gente que no considere si es justa o injusta, sino si es lógica. Es lógico para unos..., es lógico para otros. Es lógico que salgan unos libres..., es lógico que salgan otros condenados. Lo que me preocupa es que en la mente de muchos alcaldes y concejales puede prender la idea de que es lógico que unos salgan condenados y es lógico que otros resulten indultados. Eso es lo que me preocupa. Porque, cuando se habla de la politización de la justicia, recibimos las consecuencias de actos anteriores. Me preocupa que hasta el 76% o el 80% de los ciudadanos puedan entender que la justicia está politizada. Los ciudadanos van a tomar buena nota de las diferentes actitudes.

P. Le comentaba que la sentencia de Burgos en sí misma ha desdibujado la política del PP contra la corrupción. Ha sido condenado por prevaricación un alcalde al que usted mismo apoyó personalmente para que encabezara la lista.

R. Se lo diré claramente: no tengo absolutamente nada que ver con lo ocurrido.

P. El segundo personaje condenado, a siete años de prisión, es el constructor Antonio Miguel Méndez Pozo. Usted asistió a varias reuniones con él. En la propia sentencia se dice que, siendo presidente de Castilla y León, usted le encargó un estudio sobre la construcción en esa comunidad.

R. Yo puedo pedir informes. Son cuestiones simples de detalle. Si lo que se está juzgando son irregularidades administrativas, esa es una cuestión que no tiene nada que ver con ninguna otra.

Miguel Ángel Rodríguez (jefe de prensa del PP, presente en la entrevista). Si me permitís un matiz... Cuando se encarga ese papel, Méndez es presidente de los constructores de Burgos, y se le encarga como tal.

P. Pero meses después de di

fundirse ese dato, la propia Junta de Castilla y León, en concreto el vicepresidente Jesús Merino, negó oficialmente que hubiera constancia de ese informe en la sede del Gobierno autonómico.

M. Á. Rodríguez: Es que ese tipo de encargos no tenían por qué convertirse en acuerdos de gobierno.

J. M. Aznar (elevando el tono de voz): Con toda franqueza, ¡me parece bastante asombroso! En el ejercicio de mi actividad como presidente del PP, encargo multitud de papeles.... ¡multitud de papeles! Esta misma mañana he pedido cuatro o cinco papeles. Me asombra tener que decir estas cosas.

P. Pretendo aclarar la única referencia en la sentencia sobre la relación Aznar-Méndez Pozo.

M. Á. Rodríguez: Se puede facilitar una lista de personas a las que Aznar, como presidente de Castilla y León, pidió informes: artistas, intelectuales...

J. M. Aznar: Si yo le digo a una persona: ¿por qué no me envías unas notas sobre determinada situación? Así de sencillo; así de sencillo.

P. Cuando antes comentaba que la sentencia perjudica a la política del PP contra la corrupción, me refería también a que usted encargó ese informe a una persona con la que tenía bastante relación y que ha sido condenado a 7 años de prisión.

R. ¿¡Y quién me garantiza a mí que quien me está haciendo esta entrevista no estará mañana condenado a 17 años de cárcel por homicidio!? Claro. ¿Quién me garantiza a mí que usted, dentro de un año, no mata a un señor? Hay que ver. Qué cosas... ¡Por el amor de Dios! Hay que ver. O sea, que yo tengo que tener la garantía de que don Carlos Yárnoz es un ciudadano inmaculado de aquí hasta que se muera. Si no, corro el riesgo de que se me diga: ¿pero cómo hiciste tú una entrevista con don Carlos Yámoz? Pero si estuvo en un viaje contigo en Centroamérica. Por favor... ¡¡¡Pero hombre, por favor!!! Mire, el señor Aznar, don José María, ni como ciudadano particular ni como presidente del PP ha tenido nada que ver en ese asunto. Y se pueden poner boca arriba, boca abajo, de lado, de frente... Como se quiera. Nada que ver en ese asunto. Nada. Y esto les disgustará a muchos, que iban buscando que el señor Aznar tuviera que ver algo con ese asunto. ¡¡Nada!! ¡¡Nada!! Y lo dije en el Parlamento: ni ahí ni en ningún otro sitio.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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