El IPC de abril bajo una décima gracias al descenso en los precios de los alimentos

C. M. El descenso del 1,4% en los precios de los productos alimenticios ha permitido reducir el índice general de abril en una décima, según los datos publicados ayer por Estadística. La caída fue muy importante en la carne de pollo y las frutas frescas -del 11,4% y del 16,3%, respectivamente-, dos de los productos que mayores variaciones suelen registrar. Tras el dato de abril, la inflación en lo que va de año se situó en el 2,5%, la mitad del objetivo del Gobierno para todo 1992. En los últimos doce meses, el IPC se ha reducido al 6,5%, el mismo nivel en que se encontraba en diciembre de 1990.

El comportamiento de los precios de los alimentos suele ser determinante para el índice general, ya que su peso es del 33%, frente al 67% de todos los demás productos. La diferencia es que mientras los demás productos mantienen una trayectoria estable, los alimentos deparan siempre sorpresas, por factores como la climatología o las distintas estaciones del año.Es lo que ha sucedido el pasado mes de abril, en que un descenso en los precios de los alimentos del 1,4%, frente a un aumento de medio punto en los demás, ha propiciado una caída de una décima en el IPC general, según los datos publicados ayer por el Insituto Nacional de Estadística.

En este caso, pues, la sorpresa ha sido agradable, ya que desde febrero del pasado año no se registraba un descenso mensual en el índice de precios y tampoco se había producido una variación negativa en abril de años anteriores. Ello ha permitido, además, detener la carrera alcista con que arrancó el año. La tasa de inflación de los cuatro primeros meses del ejercicio se ha reducido en abril una décima (2,5%) respecto de marzo, y la de los últimos doce meses se ha rebajado también cuatro décimas, para quedar en el 6,5%.

Sin embargo, y a pesar de este respiro, la inflación sigue más alta que años anteriores por estas fechas. En datos acumulados del ejercicio, estamos por encima del pasado año (1,6%) y también es superior en tasa de variación anual (5,9% en abril 1991). Hay que tener en cuenta que en enero de este año entró en vigor la subida del IVA, de los impuestos especiales y sobre los carburantes.

El Ministerio de Economía considera que ya se ha pinchado esta "burbuja inflacionista" del primer trimestre y pronostica una desaceleración en lo que queda de año.

A la hora de dar por sentado un cambio de tendencia, hay que tener en cuenta, sin embargo, la erraticidad del componente alimenticio, sobre todo de los productos no elaborados. Así, por ejemplo, las frutas frescas han bajado en el mes de abril un 16,3% y la carne de pollo ha bajado también un 11,4%, mientras que la patata ha subido un 7,8%. Otros meses las variaciones pueden ser igual de elevadas pero al alza.

Fuertes variaciones

Los alimentos, en general, suelen presentar una tendencia a la baja en la primera mitad del año; en primavera y verano, cuando empiezan a llegar las frutas al mercado, los precios se disparan, y vuelven a moderarse en invierno para subir en navidades. Este año ha sido un poco distinto ya que, en parte por la sequía y por los acuerdos de precios entre sectores como los productores de pollos, los precios de los alimentos se han mantenido altos en los primeros meses, en relación al año anterior.

El resto de los productos sigue en niveles altos, lo que no ha servido de ayuda para afianzar este cambio tendencia. Cuando se resta del IPC general, sus dos componentes más variables -alimentos frescos y energía- el resultado es que la denominada inflación subyacente ha crecido medio punto en abril, con lo que su tasa de variación anual se situó en el 6,8%, tres décimas más que en diciembre de 1991.

Los precios de los servicios sin alquileres, por ejemplo, han bajado tres décimas en abril pero su tasa anual se encuentra en el 10,5%.

Los productos industriales, que suelen ser más moderados, han registrado por el contrario en abril un alza de dos décimas aunque su tasa anual permanece en un moderado 4,5%.