El metal de Alemania da de plazo hasta el lunes para convocar la huelga

El poderoso sindicato del sector del metal de Alemania, la IG Metal, ha concedido hasta el próximo lunes a la patronal para llegar a un acuerdo salarial antes de poner a votación la huelga que más duramente puede afectar a la economía germana. Según su presidente Franz Steinküller, la oferta de un 3,3% "es completamente inaceptable ya que está muy por debajo de la inflación". La IG Metall piden 9,5%.

Ayer por la tarde se reunían de nuevo patronal y sindicatos para intentar un acercamiento. El Instituto Federal de Estadística revisó ayer al alza sus previsiones de la inflación interanual del mes de abril situándola en un 4,6%.Los sindicatos de artes gráficas y de la construcción lanzaron ayer nuevas huelgas parciales mientras las conversaciones para sus convenios seguían igualmente paralizadas en una situación muy parecida a la del sector del metal. Por su parte, la mayoría de los sindicatos del sector público han aprobado por votación el acuerdo conseguido con la Administración tras diez días de huelga. A última hora de la tarde de ayer, el mayor de ellos, la OTV, todavía no había hecho públicos los resultados. Pese a algunas dudas, todo indicaba que se superaría el 50% mínimo favorable para aceptar el convenio.

Pese al aplazamiento de la votación de huelga, nada parece apuntar hacia un acercamiento entre las posiciones de la patronal y los sindicatos. La IG Metall ha insinuado varias veces la posibilidad de aceptar un acuerdo en torno a una subida de un 6%, una cifra parecida a la obtenida por los trabajadores del sector público, pero la patronal insiste en que cualquier subida por encima del 3,3% supondrá una catástrofe para la industria y llevará irremisiblemente a la pérdida de numerosos puestos de trabajo. De hecho, las grandes compañías alemanas, como Daimler-Benz o Basf han iniciado ya una política de reducción de personal.

La cercanía de países como Checoslovaquia y Polonia, donde los costes salariales son una décima parte de los de Alemania, añade un elemento desestabilizador al mercado de trabajo. "Alemania tiene el dumping en su puerta" comentaba un inversor.