Lavapiés huele a tomillo
La calle del Salitre, en el barrio de Lavapiés, olía ayer a tomillo. A los pies de la iglesia de San Lorenzo, hombres y mujeres, vestidos con polainas, chalecos y redecillas, desfilaban arriba y abajo, comiendo rosquillas, pestiños y garbanzos torraos. Era la fiesta de los Mayos, famosa allá por los siglos XVII y XVIII, y recuperada desde hace cinco años por varias agrupaciones culturales del distrito. Diez niñas (las mayas) se sentaban muy serias en pequeños altares engalanados con flores, como 10 princesas, mientras rondallas y dulzaineros les dedicaban coplas. Una de ellas sería elegida por un jurado la Maya de Madrid para este año. En esta ocasión le tocó a Vanessa, maya de la agrupación Arrabel. Después vino la ofrenda de flores a la Virgen. Era la celebración de la primavera.