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La ciudad de Sarajevo vive la batalla más feroz

Sarajevo fue escenario ayer de los combates más violentos registrados en Bosnia-Herzegovina desde que comenzó la guerra entre la minoría serbia apoyada por el Ejército federal y las fuerzas independentistas musulmanas y croatas. En pleno centro de la ciudad se libraba una feroz batalla de artillería. El presidente de la república, el musulmán Alia Izetbegovic, fue retenido en el aeropuerto por tropas del Ejército al regresar de Lisboa, donde participó en una nueva ronda de conversaciones de paz patrocinadas por la CE.

El presidente Izetbegovic fue trasladado a un cuartel del Ejército federal en cuanto llegó por avión a la capital bosnia. El Ejército aseguró que no se trataba de un arresto, pero un portavoz afirmó que no sería liberado hasta que cesarán los combates.

En una dramática conversación con líderes políticos de Bosnia, que fue difundida en directo por la radio de Sarajevo, Izetbegovic declaró que "el Ejército me estaba esperando. Soy virtualmente un prisionero. Tengo nervios fuertes, no os preocupéis por mí". A continuación Izetbegovic pidió un cese del fuego. Poco después la radio informaba que se había pactado un alto el fuego. Sin embargo, un corresponsal de la agencia Reuter infomó que los combates proseguían con la misma intensidad que a lo largo del día, mientras un funcionario de la Comunidad Europea comunicaba que su mediación para liberar al presidente retenido resultó infructuosa.

Los combates se iniciaron, según testigos presenciales, cuando las milicias serbias atacaron la ciudad con fuego de artillería desde las montañas colindantes. Los enfrentamientos se extendieron a los alrededores del cuartel general del Ejército y del club militar, asediado por las milicias musulmanas, que amenazaron con arrasarlo si los soldados en su interior no se rendían. Poco después del mediodía aviones de combate Mig-29 del Ejército federal efectuaron varios vuelos rasantes sobre Sarajevo, virtualmente sobre sus minaretes, como "última advertencia" a las fuerzas musulmanas y croatas, según anunció el alto mando en un comunicado difundido por la agencia Tanjug.

Varios proyectiles de artillería cayeron ayer sobre el edificio de la televisión de Sarajevo, después de que hubiesen sido dañados el Parlamento, el Teatro Nacional y una instalación de distribución eléctrica.

Un observador belga de la misión de la Comunidad Europea (CE) resultó muerto ayer en la localidad de Cula, en el suroeste de Herzegovina, cuando acompañaba a un equipo técnico encargado de la reparación de una central eléctrica dañada por los combates, según confirmaron fuentes oficiales de la CE. Ni la identidad de la víctima ni las circunstancias de su muerte fueron reveladas.

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