_
_
_
_
AJEDREZ

Preocupación en el entorno de Kárpov por la caída de su juego

Leontxo García

Los consejeros del ruso Anatoli Kárpov, de 40 años, uno de los ajedrecistas más carismáticos de la historia, asumen con fatalismo la caída del juego del ex campeón del mundo. La proximidad de su ocaso deportivo se hizo más evidente que nunca el pasado lunes, al perder frente al británico Nigel Short, de 26 años, la sexta partida de la semifinal de candidatos que ambos disputan en Linares. El subcampeón del mundo cometió un error de principiante que deja el marcador favorable a Short por 3.5-2,5 a cuatro partidas de la clausura.

"Hoy va a ser un gran día para Tolia; se ha preparado muy bien para esta partida y tiene la moral muy alta" dijo Rudolf Zagáinov, psicólogo de Kárpov, a EL PAÍS poco antes de que su jefe etrase en el escenario. Ese optimismo encaja con el temperamento del gélido Anatoli, cuya peligrosidad se multiplica al día siguiente de una derrota como la del domingo, en la reanudación de la cuarta partida. Cuatro horas después, Zagáinov personificaba la crispación; sentado en la primera fila, el psicólogo dejó de escribir en la decena de cuartillas que rellena durante cada partida -nadie sabe sobre que- y empezó a comerse las uñas y los labios mientras sus ojos llegaban al límite de su apertura. La jugada 25 de Kárpov, un gravísimo error, sólo tiene un antecedente comparable en la carrera del excampeón. Sucedió en Moscú, en 1985, durante la undécima partida del encuentro en el que perdió el título ante su compatriota Gari Kaspárov. Pero, entonces Kárpov tenía un atenuante de peso; su representante en la República Federal de Alemania acababa de estafarle 75 millones de pesetas. ¿Por qué juega mal ahora? Su asesora de imagen, Sabine, se mostró preocupada por la hiperactividad de Kárpov: "Viaja sin parar jugando torneos o dando exhibiciones y tiene que llamar constantemente a Moscú porque sigue siendo el presidente del Fondo para la Paz. Creo que es demasiado". Ese trajín y el peso de la edad -los tremendos apuros de tiempo que sufre en muchas partidas comenzaron en 1.985- pueden ser las causas de sus problemas frente a Short.

La culpa también es de Short, cuarto del mundo, que el lunes planteó una variante muy poco frecuente en la práctica magistral para evitar que el subcampeón le aplicase alguna receta de laboratorio. El británico combinó después la brillantez y la sutileza hasta lograr una pequeña ventaja; fue entonces cuando el ruso nos dejó asombrados con un fallo que le obliga a mostrar su gran capacidad de recuperación. Kárpov le ganó tres partidas seguidas a Kaspárov en 1.986 (encuentro de revancha en Leningrado) pero, aunque logre eliminar a Short, ya no es el mismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_