Los defectos y bondades del cierre de la M-30

La M-30 funciona desde el pasado martes, cuando se inauguró el último tramo, como un anillo. Un anillo con problemas y defectos de fábrica, pero que también aportará beneficios. La avenida de la Ilustración, la hebilla de este cinturón de más de 30 kilómetros de circunvalación, tiene cuatro cruces al mismo nivel con calles del barrio del Pilar regulados con semáforos y una conexión con la autovía de Colmenar (M-607) incompleta.El retorno de los automovilistas que se marcharon de vacaciones pondrá hoy en evidencia estos defectos. Los coches procedentes de la carretera de La Coruña (N-VI), de la carretera de El Pardo, del propio barrio o de cualquier parte de la zona oeste sólo podrán enlazar por esta vía con la autovía de Colmenar en sentido Madrid. Si estos conductores pretenden dirigirse a Colmenar, Tres Cantos, Fuencarral o la Universidad Autónoma tendrán que adentrarse en la ciudad hasta el pabellón de la Ciudad Deportiva para cambiar de sentido.

Las quejas sobre la M-30, que en hora punta (entre las siete y las nueve y media de la mañana) y en el tramo de mayor circulación registra el paso de 230.000 vehículos, se centraban hasta ahora en el puente de Vallecas, el de Ventas y el nudo de Manoteras.

La avenida de la Ilustración, sin embargo, absorberá en unos días alrededor de 60.000 vehículos, que hasta ahora colapsaban calles colindantes. La avenida del Cardenal Herrera Oria (carretera de la Playa) será la principal beneficiada y rebajará sus aforos de intensidad diaria de vehículos de 50.000 a menos de 20.000, los que ahora ya utilizaban el primer tramo de la avenida de la Ilustración, el de los semáforos.

Los expertos de tráfico calculan que, con el cierre de la M-30, aumentará dos puntos la velocidad media de los coches en el centro de Madrid, que ahora es de 13,2 kilómetros por hora.