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El Joventut se enfrenta al gran reto de su historia con temor al "síndrome yugoslavo",

Robert Álvarez

El síndrome yugoslayo frena la euforia del Joventut de Badalona ante la cita más importante de sus 62 años de historia (20.00 horas, La 2). El Partizán de Belgrado llega a la final de la Liga Europea tras haber revalorizado su cotización, y con la falta de presión psicológica que es tradicional en los equipos yugoslavos en los grandes retos. El baloncesto europeo coronará un rey inédito, puesto que ni serbios ni badaloneses han conquistado jamás esta competición. España tendrá la ocasión de inscribir un segundo representante en el palmarés después de que en 1980 el Real Madrid obtuviera su séptimo y último título.

El Joventut dispone esta noche en Estambul de una oportunidad para dar el gran golpe, para engrandecer su historial con el mayor título al que puede aspirar. El club badalonés desea culminar a toda costa una larga gestión que le ha hecho mayor de golpe, que le ha quitado complejos y que le ha permitido romper la racha negra de siete finales perdidas con la consecución de la Copa Korac hace dos años y la Liga el año pasado. El estigma de equipo propenso a la debilidad en situaciones límite se transformará, de ganar hoy y en base al previsible futuro y continuidad de su plantilla, en el de un grupo dispuesto a abrir una nueva era, un nuevo ciclo hegemónico en el baloncesto continental.Pero el Joventut se enfrenta a lo que su técnico, Lolo Sairiz, define como "el nubarrón yugoslavo". Se refiere a esa indefinible pero evidente capacidad que les distingue, tanto a serbios como a croatas, para producir un baloncesto con destino a la victoria. No en vano han conseguido el máximo título continental en, cinco de las siete últimas ediciones, el Zibona de Zagreb en 1985 y 1986 y el Jugoplastica los tres últimos años.

Problemas superados

El Partizán ha exhibido ese sello a pesar de todos los pesares. Clasificándose para los cuartos de final a pesar de tener que jugar como equipo local en Fuenlabrada a causa del conflicto que se vive en su país; a pesar de la juventud e inexperiencia de su plantilla; a pesar de no contar con americanos; a pesar de tener el presupuesto más bajo de los cuatro equipos que han llegado a Estambul; a pesar de tener un entrenador inexperto al que le dieron el cargo cuando todavía ejercía como jugador de la selección la pasada primavera; y a pesar de haber tenido que jugar dos de sus tres partidos en la eliminatoria contra el Knorr en Bolonia.Los jugadores del Joventut estudiaron ayer el juego de su rival a través de un vídeo del partido entre el Partizán y el Philips, que apenas pudieron presenciar el martes. "El juego del Partizán me recuerda bastante al del Jugoplastica en Múnich, cuando nadie les conocía y ganaron por primera vez", afirma Lolo Sainz.

El técnico del Joventud admite estar "impresionado por la facilidad que tienen para abstraerse de todo y jugar su mejor baloncesto. Va a ser un partido dificil y complicado".

Lolo Sainz compara el juego del Partizán y el de su equipo por la libertad con la que sus jugadores pueden expresar sus cualidades técnicas y su frescura en ataque. "Es muy.similar nuestro concepto del baloncesto", dice. "Conflo mucho en mi banquillo, en los jugadores que no salen en el quinteto inicial. Y por ello espero que los árbitros actúen como en las semifinales, que piten muchas faltas, porque el partido va a ser muy intenso y va a existir mucha agresividad desde el principio".

Los jugadores del Joventut son optimistas. Villacampa, su líder, se mostró rotundo ayer: "Creo que tenemos mejor equipo, a pesar de que ellos cuentan con grandes individualidades como Djordjevic y Danilovic. Pero somos superiores, especialmente bajo, los tableros". Esta opinión es compartida por varios de sus compañeros aunque Pardo matiza que "en el juego exterior tampoco tenemos nada que envidiarles".

El Partizán, no obstante, se ha distinguido por enmendar tácticamente esa presumible inferioridad de sus jóvenes pívots. Frente al Philips dio toda una lección y aprovechó a los cuatro hasta el máximo: el talento de Koprivica, la fuerza de Stevanovic, y el tesón de Rebraca y Silobad.

Los antecedentes prometen una final emocionante, aunque la gran tensión de estos partidos no garantiza un gran espectáculo técnico. En la liguilla de la fase previa, el Joventut se impuso alPartizán en Badalona por 79-76, mientras que los serbios ganaron en su exilio de Fuenlabrada por 7675.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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