10.000 judíos esperan la llegada de un rabino mesías

El estadio de deportes de Tev Aviv se encuentra a rebosar. En él se han concentrado cerca de 10.000 personas. No son aficionados a deportes. La estrella a la que han venido a aplaudir es un anciano judío de 90 años. Todavía no ha llegado. Su nombre es Menabem Mendel Shneersohn, conocido como Rebbe Lubavitcher, líder espiritual de 200.000 discípulos en todo el mundo, llamados Hassidim de Habad.

Rebbe Lubavitcher está muy enfermo. Hace dos semanas un ataque de apoplejía le produjo una parálisis de la mitad del cuerpo y desde entonces no puede hablar. Muchos de los creyentes presentes en el estadio están convencidos de que el venerable Rebbe aparecerá de repente entre los rabinos que se sientan en el podio y lo hará no sólo pletórico de salud sino también como la reencarnación del mesías.Otros están desesperados. ¿Es posible que nos haya fallado?, murmura uno de los presentes más jóvenes, vestido de negro como todos los demás, que llevan sombreros negros sobre sus rizadas cabezas. Un viejo hassid se vuelve hacia él enfadado: "Somos nosotros, es el pueblo de Israel el que le ha fallado. No nos lo merecemos. Somos pecadores. Ésa es la razón por la que está retardando su llegada".

Durante los últimos cuatro meses Israel ha sido escenario de una campaña bajo el lema: "Prepárate para la llegada del mesías". Pegatinas en los automóviles rezaban: "El mesías, ahora", en contraste con el eslógan "Paz, ahora". Grupos de jóvenes habadhicks han distribuido panfletos y han extendido el nombre de Dios en pueblos y ciudades (hay unos 15.000 discípulos de Rebbe en Israel).

El gran Rebbe también estaba comprometido, antes de que sufriera el ataque, con la campaña "El mesías, ahora". Pero no llegó a confirmar que aparecería como tal ni tampoco a negarlo, lo que ha provocado importantes denuncias por parte de otros rabinos, que le acusan de ser un falso mesías "que podría traer desgracias y hasta catástrofes al pueblo de Israel".