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Las empresas cementeras acusan de 'dumping' las importaciones de Rumania, Turquía y Túnez

Miguel Ángel Noceda

Las empresas españolas productoras de cemento, agrupadas en la asociación Oficemen, han lanzado una fuerte ofensiva en Bruselas contra las importaciones que llegan a España de Rumania, Turquía y Túnez con precio por debajo del mercado (dumping). Oricemen ha presentado una queja formal contra esas prácticas, que afectan directamente a las empresas intermediarias Hispasilos y Agrox, la primera participada por el empresario Enrique Sarasola. La queja se presentó en enero con el apoyo del Ministerio de Industria español y se espera que la CE abra procedimiento en breve plazo.

Las importaciones de cemento procedente de Rumania, Turquía y Túnez se han multiplicado por tres, pasando de 869.000 toneladas de 1989 a 2,550 millones de toneladas de 1991. Esta cifra ha supuesto el 8,6% del consumo total nacional, que es de 28,9 millones de toneladas, y el 80% de las importaciones (3,4 millones).La queja presentada por Oficemen, en cuya elaboración ha intervenido el despacho de abogados Uría y Menéndez, se basa en los bajos precios que tiene ese cemento importado. Según el director general de Oficemen, Rafael Fernández, "se ha comprobado por los datos de aduanas que los precios son muy inferiores a los existentes en el mercado nacional llegándose a situar por debajo del umbral mínimo de rentabilidad y de recuperación de las inversiones".

Según los datos de Oficemen, el precio por tonelada se ha situado en tomo a las 7.000 pesetas por tonelada. Un estudio recién realizado por la consultora Andersen Consulting por encargo de Oficemen concluye que el precio para garantizar la amortización de las inversiones tendría que ser de 9.000 pesetas.

Fuentes de las empresas importadoras, por su parte, han reconocido que el precio del cemento que venden se sitúa en tomo a las 7.000 pesetas, aunque también aseguran que las importaciones no superan el incremento experimentado en el consumo de cemento. Según Oficemen, el incremento del consumo interior fue del 1,12%, mientras las importaciones se han multiplicado por tres. Los importadores estiman, además, que la queja de Oficemen "no va a prosperar, precisamente porque los precios son muy parecidos sin haberse realizado dumping".

Las empresas cementeras españolas han denunciado en diversas ocasiones su malestar por las prácticas de los importadores. Sin embargo, no han elevado su protesta formal a Bruselas hasta conocer los datos del ejercicio de 1991.

Intermediarios

Los problemas de importaciones bajo dumping afectan, según Oficemen, únicamente a España. Y dentro de España a las empresas del litoral mediterráneo (Molins, Uniland, Asland, Valenciana, Cementos del Mar, Hisalba y Financiera y Minera), a las que las importaciones dumping representan más del 20%, según Oficemen. La razón por la que no afecta a empresas radicadas en el centro o en el Norte se debe al alto coste del transporte por carretera (entre 14 y 18 pesetas por tonelada y kilómetro).

La denuncia a las importaciones dupimg se convierte también en un ataque frontal a las empresas intermediarias, principales operadoras en el mercado de importación. Entre éstas destacan Agrox, e Hispasilos. Esta empresa está participada por el empresario Enrique Sarasola y su presidente es el diplomático Nicolás Revenga, que fue embajador en Rumania, uno de los países denunciados. Agrox, por su parte, es una empresa cuya actividad original es la importación de productos agrarios, pero ahora el cemento copa la mayor cuota de sus ingresos.

Según los datos presentados en Bruselas para fundamentar la queja, los tres países denunciados venden su cemento con márgenes muy -elevados (71% en el caso de Rumania, 70% en el de Turquía y 45% en el de Túnez). Es decir, en el ejemplo de Rumania, el cemento que vende este país a los intermediarios en España es un 71% más barato que su mercado interno. El precio medio de la tonelada de cemento en Rumania fue en 1991 de 57 ecus (unas 7.400 pesetas) mientras que en España se vende a 24 ecus (unas 3. 100 pesetas). Según han manifestado los importadores, mientras para los fabricantes nacionales el margen por kilo es de cinco pesetas sobre siete; para ellos, este margen no supera las dos.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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